Documentos del PNUD. El fomento de la capacidad: Empoderamiento de las personas y las instituciones.
El año pasado fue muy alentador para los países en desarrollo y sus iniciativas por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y otros objetivos de desarrollo. A principios de 2007 la economía mundial aún estaba en su tercer año de crecimiento extraordinariamente rápido, lo cual ha tenido un efecto positivo sobre la reducción de la pobreza en general y el desempeño de los países menos adelantados en particular. En 2007 los países de África subsahariana crecieron, en promedio, más del 6%. El sólido crecimiento de varios países en desarrollo de gran tamaño, encabezados por China, la India y otros países emergentes del Sur constituyó una nueva muestra de que el progreso rápido hacia la reducción de la pobreza y el logro de los ODM es posible.
No obstante, para mediados de 2007, quedó claro que los países en desarrollo tendrían que enfrentarse con la considerable incertidumbre de la economía mundial. La crisis de las hipotecas “de alto riesgo” en los Estados Unidos de América, que se extendió y llevó a una seria crisis del sector financiero en los Estados Unidos y Europa, y suscitó serias preocupaciones en relación con la brusca desaceleración de las economías avanzadas, la de los Estados Unidos en particular, ahora amenaza con convertirse en un serio retroceso para la reducción de la pobreza. En muchos países, la situación ha empeorado aún más debido al aumento del precio de la energía y los alimentos. Por otra parte, las inevitables políticas macroeconómicas expansionistas que se han utilizado para responder al problema del sector financiero han creado presiones inflacionarias en la economía mundial.
Además, la mayoría de los donantes ahora están bien encaminados hacia el cumplimiento de los compromisos asumidos de aumentar la asistencia para el desarrollo y deberán efectuar incrementos extraordinarios si es que han de alcanzar las metas acordadas para 2010.
La naturaleza de la economía mundial actual pone de relieve nuestra interdependencia y la necesidad de contar con políticas mundiales mucho mejores. No obstante, los países también deben abordar sus propios problemas. La labor del PNUD consiste fundamentalmente en prestar apoyo a los países para que determinen las medidas y políticas necesarias que les permitirán responder a estos desafíos del desarrollo, así como a otros retos muy diversos y relacionados entre sí. Como se indica en el Informe Anual de este año, lo hacemos prestando apoyo a los países para que fomenten la capacidad de sus nacionales e instituciones a fin de mejorar sus vidas y acelerar el desarrollo humano. Cada vez más, la comunidad del desarrollo reconoce que el fortalecimiento de la capacidad, a nivel popular, comunitario y nacional, constituye el eje del reto del desarrollo. Por ello, las actividades del PNUD también giran en torno al empoderamiento de las personas e instituciones mediante el fomento de la capacidad.
En este Informe se pone de relieve la pertinencia de nuestra tarea y la importancia decisiva de este programa, en lo que se refiere tanto a la labor programática del PNUD como a nuestra función de coordinación en nuestro carácter de Presidente del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo y administrador del sistema de coordinadores residentes. Se detalla la forma
en que el PNUD está encauzando su apoyo hacia las cuatro esferas clave, a saber: la lucha contra la pobreza y el logro de los ODM, la gobernanza democrática, la prevención de crisis y la recuperación, y el medio ambiente y el desarrollo sostenible. Por conducto de éstas y otras actividades, el PNUD mantiene su compromiso de respaldar a los países en las iniciativas de forjar
una vida mejor para sus pueblos. |