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domingo , 23 enero 2022
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Los pobladores de Baviácora han encontrado en el chiltepín cultivado una fuente de empleo y un motivo más para sentirse orgullosos de esta población del Río Sonora. FOTO: EL IMPARCIAL.

Chilpetín, la fiebre por el oro rojo que revive la esperanza de los agricultores de Río Sonora

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GAMALIEL GONZÁLEZ. EL IMPARCIAL.

«Doman» por fin al chiltepín. Este producto silvestre, característico de la región del Río Sonora, logra ser cultivado por pobladores del lugar.

Pobladores de Baviácora se sienten optimistas con los beneficios que ha traído al pueblo la producción de este chile.

El cultivo y cosecha del chiltepín ha generado fuentes de empleo para los pobladores que ya no tienen que emigrar para conseguir un trabajo.

Generar empleos bien pagados y producir hasta tres variedades de chiltepín, ha vuelto a dar esperanza a los pobladores de Baviácora, en el Río Sonora, una tierra que sólo veía desgracia después del derrame tóxico que provocó la mina.

BAVIÁCORA, Sonora. Cada vez que llegaba la temporada de chiltepín los vaqueros del Río Sonora sabían que era tiempo de cabalgar kilómetros para buscar esta planta silvestre porque sembrarla no era una posibilidad.

Alguien que conoce de este chile es José Verdugo Cohen, de 62 años, originario de de esta población, pues desde que era niño, lo consumía.

A los 15 años se hizo recolector de este producto.

«Era ir a la sierra porque aquí cerquita no hay porque está retirado, hacíamos dos horas a caballo para ir para allá, dos de aquí para allá y dos de allá para acá y juntábamos cinco o seis litros, todos los días íbamos y veníamos.

En la madrugada a las 4 ó 5 de la mañana teníamos que ir, unos friazos tremendos, y decía yo, ‘siquiera se diera el chiltepín aquí cerquita de la casa de la milpa para no ir tan lejos’”, recuerda.

La pisca del chiltepín silvestre comienza en el mes de septiembre y finaliza en diciembre; es una planta que mide cerca de 70 centímetros de alto, es fácil distinguir la madurez del fruto redondo porque pasa del color verde a rojo y resalta entre las hojas.

Una sola bolita rojiza y tronadora es capaz de soltar un sabor picante en un plato de menudo o en otro caldo y desprender ese gusto enchiloso típico sonorense.

Esta idea que tenía José de lograr cultivar el chiltepín la tenían otros pobladores, pero por alguna razón parecía imposible ya que algunos lo habían intentado y fallado.

Francisco Alfonso López Robles, al igual que todos los habitantes del Río Sonora, sólo conocía el chile de manera silvestre, pero él se empezó a cuestionar el porqué sólo se daba en los arroyos y cerros y no de manera agrícola.

«Mi papá tenía un ranchito junto con unos tíos y ahí hay mucho chiltepín silvestre, entonces una persona de aquí mismo del pueblo me invitó porque había mucho chiltepín.

Y ya que fui vi el sueldo que se generaba y dije por qué no se puede hacer algo más redituable para todos y más cómodo”, contó.

En el año 2000, cuando Alfonso tenía 30 años, empezó a tratar de hacer germinar el silvestre, pero al no poder hacerlo experimentó con cruzar las variedades de chiltepín.

Francisco Alfonso López, productor de chiltepín en Baviácora.

ENSAYO Y ERROR

En sus intentos descubrió que en la Sierra del Río Sonora hay cinco variedades del silvestre y estos los cruzó con el de jardín que son trece variedades. En total hizo 21 pruebas de germinados, con 82% de fracasos y 12% fue producto aceptable. Descubrió que en la variedad silvestre tiene características muy propias como al ser una semilla dura sólo brota después de haber sido procesada en los ácidos del estómago de los pájaros. Germina después de un mes y medio, tiene una raíz delicada, lo que complica su trasplante y provoca que se seque, además es propensa al hongo por exceso de humedad.

«Cuando inicié esto pues me trataban de que estaba medio loco, hasta la fecha”, dice entre risas, “pero ahí va, muchas veces lo hice solo en cuanto a la germinación y a cruzar plantas, esto con la idea de llegar tener el producto para la salsa”, manifestó.

En todo este tiempo que se esforzó por experimentar con chiltepines, Francisco Alfonso vivió de la ganadería, que es su actividad más fuerte.

«Trabajaba de entre 14 y 16 horas diarias, al pendiente, no había los recursos y aparte como era experimento tenía que hacerlo todo a detalle y lo más fino posible en cuanto acciones, a lo que fuera surgiendo”, explicó.

Durante sus ensayos estuvo al pendiente como si las plantas fueran un bebé recién nacido, verlas a las 10:00 de la noche para prenderles los focos de calor y asegurar crecimiento era cosa de diario.

Después de siete años de experimentos, sacó un híbrido que tiene una apariencia redonda como el silvestre, estas semillas las empezó a elegir y apartarlas. Su propia variedad de chiltepín es un 10% más grande que el silvestre, también se perfora del centro al piscarlo y se seca.

En cuanto tuvo la selección de semillas invitó a otros pobladores de Baviácora a sembrar su variedad, pero nadie lo siguió, recordó, así que sólo le faltaba conseguir un terreno para cultivarlas.

Consiguió unas tierras que fueron de su abuelo con el acuerdo a pagarlas en dos años.

«Yo siempre me he dedicado a la ganadería el chiltepín en parte fue para llegar a una meta y vi una oportunidad ahí y me tiré de lleno ahí, apostando pues hasta los zapatos”, platicó.

«Tenía 76 vacas le invertí 71, el primer año de chiltepín para solventar los gastos de pisca y no había vendido nada y fue cuando volví a plantar”.

Luego de años de trabajo y dedicación, el chiltepín ya se cultiva en la región de Baviácora lo que viene a beneficiar a sus habitantes.

Fueron 3.5 hectáreas las que sembró en esa primera ocasión, aunque sí se enfrentó a problemas como los hongos de las plantas ya que desconocía de fungicidas, tuvo las ganancias suficientes para pagar la mitad del rancho.

«Sembré tres hectáreas y media, lo tomé todo o nada y me fue muy bien, fue el primero que sembré aquí en el área, no sé si antes lo harían otras personas, pero me fue muy bien”, resaltó.

«He tenido dos apoyos muy fuertes, los dos con fe, una fue Armando Navarro que me impulsó a tirarme a algo así… a llegar por una meta, y mi mamá, ella fue la única persona que me tuvo fe», Francisco Alfonso López, productor de chiltepín.

Crea el «oro rojo» fuentes de empleo

Los habitantes del Río Sonora han logrado cultivar el chiltepín, ahora combinan la ganadería con la siembra de chiltepín.

Vista aérea de un campo de cultivo de chiltepín en Baviácora donde jóvenes y adultos se dedican a la cosecha de este chile lo que ha reactivado la economía de esta población.

La paciencia y dedicación de Francisco Alfonso López Robles enfocada en hacer germinar semillas de chiltepín para su cultivo ha rendido frutos para el pueblo de Baviácora, que ha encontrado en este producto una fuente de empleo para jóvenes y adultos.

«Me da mucho gusto que ahora hay una fuente de empleo, si no llueve al menos hay una fuente de empleo con más seguridad de que va a haber producto, se genera muchísimo empleo, ahorita ya hay seguridad de que se puede cosechar ciertas cantidad de toneladas, incluso podría exportarse”, manifestó López Robles.

Los habitantes del Río Sonora han logrado cultivar el chiltepín y esto ha hecho que estén empezando a combinar sus labores tradicionales con la siembra de este producto.

“AMANSA” EL CHILE

Miguel Ángel Benítez, productor de chiltepín.

Uno de estos casos es Miguel Ángel Benítez, de 65 años de edad, quien se había dedicado a adiestrar caballos por muchos años, pero justo en este año incursionó en la siembra del chile.

«Trabajé desde los 15 años amansando caballos y ahora le estamos haciendo la lucha al chiltepín”, externó.

Por amansar un caballo gana 5 mil pesos, le toma tres a cuatro meses por animal que doma, pero a veces alimentar al equino se complica y esta es una de las razones que incursionó en el chiltepín.

En diciembre cultivaron el almácigo o semillero, el trasplante a suelo lo hicieron en marzo y para agosto estaban las plantas midiendo los 80 centímetros y ya los frutos se estaban poniendo con su tonalidad rojiza que indican están listos para la cosecha.

La siembra ha venido a cambiar la economía de Baviácora y de los pueblos del Río Sonora, ahora los jóvenes que no tenían empleo y personas adultas se le puede ver piscando.

José Verdugo Cohen, productor de Chiltepín.

José Verdugo Cohen, de 62 años, el hombre que cabalgaba kilómetros para recoger el “oro rojo”, fue uno de los primeros habitantes del Río Sonora que le creyó a Francisco Alfonso y sembró la variedad de su chiltepín.

Los tiempos en que José piscaba 80 litros por temporada en los cerros, enfrentándose a víboras que estaban bajo las matas o las crecidas del río, han quedado atrás, tan sólo el año pasado llenó cerca 2 mil recipientes de a litro.

Comenzó sembrar hace seis años y ha creado 16 a 23 de empleos en la temporada y la mayoría de los jornaleros son jóvenes.

PAGO POR ENVASE

Cada trabajador gana 50 pesos por envase de litro que llena de chiltepín verde que corta, algunos de ellos entregan de 7 o hasta 20 litros por día.

«Ahorita lo que ocupamos nosotros es un apoyo de parte del Gobierno, que hubiera una parte donde nosotros entregáramos el chiltepín… tener un precio accesible”, dijo.

Actualmente los productores venden el cultivo a quien se acerque primero y que ofrezca un mejor precio. Los compradores provienen de Hermosillo, Mexicali, Tijuana, Nuevo León, Guerrero, Chiapas y Sinaloa.

A pesar de que la calidad es aprobada por sus clientes no han podido exportarlo a los Estados Unidos después de la desgracia del 6 de agosto del 2014, cuando la empresa minera derramó tóxicos al Río Sonora.

Esto afectó a la marca de los productos de la región, sin embargo ellos ven en el chiltepín una esperanza.

PISCAN Y ESTUDIAN

Jesús Francisco Maldonado Heredia, tiene 19 años de edad, estudia Administración de Empresas en la Universidad Estatal de Sonora, pero debido a la pandemia está llevando las clases a distancia.

Desde muy temprano llegan a piscar para evitar el calor ya que la temperatura alta y lo enchiloso de la planta produce ardor en las manos.

«Como es mucho chiltepín, empiezan a arder así, ahorita este es el quinto litro que tengo, y pues te tienes que acostumbrar… echándote lodo ya se te calma”, contó.

Jesús Francisco Maldonado Heredia, piscador universitario.

Los guantes no son una opción porque al no tener el tacto sensible dañan el producto al aplastarlo.

Casandra María Herrera, de 22 años estudia Criminología en la Universidad Estatal de Sonora y aprovecha que lleva las clases a distancia para trabajar en la recolección.

Casandra María Herrera, piscadora universitaria.

Jonathan Gautrín, de 28 años, es uno de los jóvenes productores que aprendió de Francisco Alfonso. Estudió Sistemas Computacionales, estaba laborando para una empresa, pero al quedar sin empleo regresó a su terruño.

Su padre le recomendó que hablara con Francisco Alfonso y empezó a sembrar en el 2019.

CREA TÚNELES SOLARES

Jonathan cultiva tres variantes de chiltepín, pero además creó unos túneles solares para agilizar el secado del chile.

“A los túneles solares le caben hasta 600 litros, fue dada la necesidad ahora están saliendo muchos litros más, no me doy abasto con los secados tradicionales que es el de lona negra o plásticos negros en el piso, está entrando mucho chiltepín y así como esta entrando tiene que ir saliendo”, comentó.

En las tierras de Jonathan antes se sembraba alfalfa y cebada, pero en el chiltepín ha hallado el producto ideal para generar empleo y obtener mayor beneficio y así hacerles ver a los pobladores que en este lugar hay futuro.

Se sienten orgullosos de ser chiltepineros

La bonanza que ha traído a Baviácora la siembra y cosecha de chiltepín ha generado no sólo empleos y reactivación de la economía, sino orgullo, esperanza y un sentido de identidad entre los pobladores.

«…Es el primer año que lo hacemos (la siembra de chiltepín), pero con la ayuda bendita de Dios nos ha ido bien, nos está yendo bien”, comentó Miguel Ángel Benítez.

Miguel Ignacio Benítez es uno de los jóvenes entusiasmados con la siembra del chiltepín porque es una nueva opción de trabajo y asegura que esta actividad hará que los jóvenes permanezcan en el pueblo y se acreciente el orgullo de ser de aquí.

Enamorados nos sentimos de esto porque son un orgullo estas tierras, que de aquí provenga porque el chiltepín, se da en ciertos lugares, pero la mayoría del chiltepín que se da a nivel mundial proviene de aquí de Baviácora y del Río Sonora”, señaló.

Olivia Magdalena Villa muestra un puño de chiltepín cultivado y piscado en Baviácora. FOTO: TEODORO BORBÓN.

Alejandro Corrales Félix, de 28 años, también cultiva la planta y además ha recorrido el Río Sonora para censar el número de productores y promover una denominación de origen de este producto.

Él fue ganador del Premio a la Filantropía Sonora 2017 en categoría a Persona por implementar programas en Baviácora que ayudan a jóvenes a alejarse de las drogas y la violencia para que tengan una mejor calidad de vida.

«Estamos visitando a los productores de chiltepín del Río Sonora, específicamente, uno con la intención de generar la denominación de origen que nos pertenece porque aquí en la Sierra es donde se da el chiltepín, nace naturalmente”, manifestó.

El ingenio de Alfonso López, señaló, hizo posible la prevalencia del chiltepín porque el silvestre estaba siendo extraído de manera desmedida por los recolectores además que las frecuentes sequías hacían que cada temporada escaseara.

En este año Alejandro Corrales Félix ha visitado a cerca de 100 productores desde Mazocahui hasta Arizpe, y espera visitar otros 100 en busca de crear una unidad para modelar un precio.

Alejandro Corrales Félix.

Calcula que hay 400 hectáreas de siembra del chile en el Río Sonora, lo que significa una producción de entre 5 y 6 millones de litros en toda esta región.

«La mayoría de la gente pasaba por ahí, por donde sembraba y nomás movía el sombrero, negando lo que estaba haciendo… ahora ya no me dicen nada”, comenta Francisco Alfonso López.

SIEMBRA DE CHILTEPIN GENERADORA DE EMPLEOS

José Verdugo comenta que con la siembra de chiltepín se han generado muchos empleos para la región.

… pues sí, hemos estado generando bastante empleos, digo yo, si no fuera porque se descubrió la siembra del chiltepín pues, ¿cómo estuviéramos en el río?”, indicó.

Por su parte Jonathan Gautrin, productor, dice que comenzó con dos piscadores, ahora tiene 25 y va necesitar contratar entre 50 ó 60 personas más para poder piscar todo lo que tiene sembrado.

La siembra ha venido a cambiar la economía de Baviácora y de los pueblos del Río Sonora.

LO MALBARATAN

Los compradores, explicó, han hecho ofertas muy bajas para adquirir el producto y han tenido que venderlo en extremo barato para que no se les acumule.

“Si no nos ponemos de acuerdo en el precio los productores, pues nos vamos a andar ‘dando balazos en los pies’ juntos. Ahora en el Río Sonora es donde pues originalmente se da el chiltepin, de ahí es su origen y su natal”, manifestó.

Al estar unidos los agricultores se podrían compartir conocimiento sobre cómo mantener una planta saludable.

“Ahorita andamos solos los chiltepineros, como es un negocio nuevo, como es una siembra nueva, muchas veces desconocemos muchas cosas, qué herramientas usar… ocupamos contagiarnos y si no hacemos este tipo de cosas no vamos a poder aspirar a mejorar nuestro negocio”, expuso.

Los jóvenes se quedan a estudiar y a trabajar, los adultos ganan su dinero en la pisca e incluso los niños pueden laborar, indicó.

“… Vengo, saco unos cinco litros y ya me voy, desde la 5:00 de la mañana me vengo para acá”, José Francisco Maldonado, trabajador en la pisca.

“Me siento a gusto porque es dinero mío, y ya no le pido a mis papás. me vine a piscar por un primo que me invitó. el primer día que vine pues sí me enchilé”, recordó Casandra Herrera.

Ahora los jóvenes que no tenían empleo y personas adultas se le puede ver piscando.

BUSCA DENOMINACIÓN DE ORIGEN

Una denominación de origen del chiltepín en el Río Sonora, aseguró, vendría a detonar la economía en la región además de hacer un lugar exclusivo para su siembra, ya que la suma de los productores son 400 hectáreas, las cuales no son nada con las mil hectáreas que tiene un solo agricultor en el Valle de Guaymas.

«Los países, los estados y municipios que tienen denominación de origen, tienen turismo, servicios, ya podrías venir a un hotel con concepto de chiltepín, ojala que alguien lo haga, con postres, comidas, con chiltepín, nosotros queremos lanzar todo eso”, comentó.

Respecto a la contaminación del Río Sonora, Alejandro Corrales explicó que esta región se dio a conocer en el mundo por este hecho, pero ahora quieren cambiar eso para que los reconozcan como gente contenta y chiltepinera.

El trabajo que han hallado los pobladores en este chile le ha dado seguridad a las familias del lugar para la alimentación y les da perspectiva de un mejor futuro.

Si usted desea agremiarse a los productores del chiltepín pueden contactarse vía Facebook a “Alejandro Corrales Félix” y en Instagram en “Alejandro.Fe”.

“ES MUY BUENO TODO ESTO”: PISCADORA DE 81 AÑOS

Otras de las personas que resalta entre los cultivos de chiltepín es Sara Contreras, de 81 años, quien vive en el Municipio de Baviácora.

Su cabellera blanca es fácil de distinguir entre los verdes cultivos del “oro rojo sonorense”, mientras pisca entre las matas que son un poco más grandes de altura que ella.

“Es muy bueno todo esto, siquiera estamos agarrando dinerito. Yo tengo mis animales y allá tengo la casa, les doy comida a la vaca, al caballo, al borrego, gallina, cochi, de todo tengo”, comentó.

A pesar de que Sara se encarga de alimentar al ganado en su casa, no obtiene una paga por esto, sólo la ayuda económica que le dan sus hijos.

Aquí doña Sara Contreras de 81 años pisca el oro rojo
FOTO: Teodoro Borbón.

La temporada de chiltepín se ha convertido en época de bonanzas para los adultos mayores que buscan los lugares cultivos que están debajo de los árboles para trabajar.

Ahorita tengo sembrado flores para ganar, tengo muchas coronas que tengo que hacer y ya con el chiltepín es más trabajo”, contó.

En un día logra llenar de cuatro a cinco recipientes de litro y asegura que sólo trabaja entre horas, incluso tiene la oportunidad de ir a comer y regresar en las tardes para continuar, logrando obtener una ganancia de 250 pesos por día.

ELABORA RICAS TORTILLAS CON SABOR A CHILE

Hay pobladores que no se dedican a la pisca de chiltepín y tampoco tienen parcela de siembra, pero se ven beneficiados con este picante para sazonar sus productos.

Uno de estos casos es Berta Alicia Quijada Cruz, de 46 años, quien elabora tortillas de harina tipo “gorditas”, con una receta tradicional al amasarla con leche bronca, y hace dos años la empezó a mezclar con chiltepín.

Berta Alicia Quijada añadió chiltepín para elaborar ricas tortillas que vende.

Recordó que un alcalde promovió la Feria del Chiltepín para que se usara en otros productos típicos regionales.

Y como yo elaboro las tortillas y las salsas, pues se me ocurrió las tortillas con chiltepín y se hizo nada más para esa ocasión, que yo hice mis tortillas normales, hice para muestra, una chiquita con quesadilla”, relató.

La tortilla quedó en el gusto de las personas y la siguieron solicitando, comentó, que incluso la ha enviado a otros lugares del mundo como son Hawai, República Checa, España y a Francia.

“Pero yo seguí haciendo la tortilla, pero esa nada más la hago cuando me la piden porque me sale un poquito más cara, pero se vende mucho”, contó.

El paquete de tortillas “gorditas” tiene un costo de 35 pesos y puede solicitarlo vía Facebook en “Productos y Tortillas Betty”.

 

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