JUAN MANUEL VÁZQUEZ NAVARRO. MILENIO DIARIO.
Este inicio del 2022 ha traído una escalada de precios de algunos productos comestibles, entre los que ha destacado el caso del limón, fruta esencial en nuestra gastronomía; a los extranjeros que visitan México les parece extraño todos los usos que le damos al limón, en nuestra cocina agregamos limón a tacos, caldos, sopas, ensaladas, frutas, cerveza, tequila, postres, etcétera.
Y sí, el limón es un fruto de gran valor para la salud, pues además de tener muy pocas calorías es una fuente rica de Vitamina C, además proporciona calcio, fósforo y hierro, además de considerarse con propiedades antisépticas y de proporcionar ayuda al hígado en el desdoblamiento de las grasas.
Los cítricos en general (limón, naranja, toronja, mandarina, etc.) conforman un grupo de vegetales de la familia de las rutáceas, originarios de Asía y que debido a las propiedades nutracéuticas de sus frutos y a lo excelso de su sabor, se cultivan y consumen en todo el mundo.
Se sabe que los cítricos fueron llevados de Asia a Europa y posteriormente llegaron con los españoles a América, debido a que eran parte de la dieta de los marineros para combatir el escorbuto.
El principal productor de limón a nivel mundial es la India y nuestro país se sitúa en el segundo lugar, siendo los estados de Michoacán y Veracruz los principales productores sumando casi la mitad de la producción nacional.
En México se cultivan tres tipos de limón, el predominante es el limón mexicano o limón agrio (Citrus aurantifolia), también se produce el limón persa o limón sin semilla (Citrus latifolia) y en menor proporción y más recientemente se produce limón italiano o limón amarillo (Citrus lemon).
En un kilo de limón mexicano se cuentan 29 limones en promedio, por lo que al precio actual de 80 pesos el kilo, cada limón cuesta 2.80 pesos; un mundo de diferencia con los 18 pesos kilo de 2021, cada limón costaba 0.46 centavos.
Esta enorme alza en el precio se ha intentado explicar por diversas fuentes de información con algunas especulaciones: estacionalidad (en invierno la producción se reduce), especulación ligada al crimen organizado, baja producción por efectos climáticos, incremento en la demanda, incremento en los costos de producción ligados al efecto inflacionario, entre otras explicaciones.
Lo cierto, es que es difícil cambiar de patrones alimenticios de un día para otro.
Aunque los economistas intenten hacer conjeturas y explicarnos, será difícil para los mortales entender que en el segundo productor de limón en el mundo los limones se encarezcan de esa manera.
¿Dónde quedó nuestra autosuficiencia alimentaria?