ALEJANDRO CASTAÑEDA. NTRZACATECAS.
Luis Santos de la Cruz, docente investigador de la Unidad Académica de Agronomía de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), detalló que las tolvaneras y fuertes vientos registrados en la zona frijolera del estado, impactan de manera negativa a los cultivos, ya que contribuyen a la erosión y pérdida de fertilidad.
Explicó que el arrastre de suelo deteriora la fertilidad y retención de humedad se hace menor. También se puede afectar la productividad de cultivos como los de hortalizas, ya que se da un acame de plantas, debido a que hay derribe, quiebre de ramas y tallos.
“En los chilares hay derribe de los tutores, que son las maderas para darles resistencia, estos se quiebran y se pueden perder muchas plantas”.
Precisó que se da otro fenómeno, ya que la polinización se reduce considerablemente, pues las abejas se resguardan de los fuertes vientos. Además, las tolvaneras opacan la luz solar, lo que causa menor fotosíntesis, por la baja luminosidad.
Expuso que, incluso, la agricultura protegida sufre daños en la infraestructura, principalmente en la protección.
Yunue Molina Ramírez, ingeniero agrónomo por la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH), coincidió en que el impacto de las tolvaneras es negativo para la agricultura, ya que contribuye a la erosión de los suelos.
Explicó que los fuertes vientos levantan arcillas, que son las partículas más ligeras y, al momento de entrar en contacto con el suelo lo desgastan física y químicamente, por lo que la tierra pierde su fertilidad.
“Las condiciones para que un cultivo se establezca se van deteriorando, se pierde retención de humedad, la materia orgánica y microorganismos que hay en el suelo”.
Agricultura de conservación
Santos de la Cruz explicó que la agricultura de conservación ayuda a mantener suelos estables, pero aún existe una barrera por parte de los productores.
Explicó que esta agricultura sustentable combate la erosión de las tierras de cultivo y disminuye la introducción de maquinaria para la remoción del terreno.
“Son las mismas plantas y desechos orgánicos de los cultivos los que retienen la humedad y minerales, además de mantener la microfauna para generar materia que ayude a recuperar las propiedades de la tierra”.
Opinó que hace falta una mayor divulgación de la agricultura de conservación, pero también hay productores que se reúsan a implementarla por los tiempos de espera.