Desde la suspensión de actividades por las medidas de confinamiento para contener la propagación del Covid-19, mucho se ha hablado a nivel nacional de un abastecimiento de alimentos garantizado

Ahora bien, reflexionemos sobre los ingresos de los productores en su sistema productivo ante un escenario de alta volatilidad cambiaria, más aún donde los insumos para la producción se encuentran altamente vinculados al dólar, y lo cual tiene repercusiones en la rentabilidad del cultivo.

Esta situación se exacerba considerando que la gran mayoría de los productores del medio rural adolecen de registros sobre sus costos de producción, así como de actividades tan esenciales como el manejo de la nutrición, el control de plagas y enfermedades las cuales se realizan sin un adecuado soporte técnico.

Otro aspecto, es el actual modelo de agricultura vigente desde hace más de 60 años, obliga siempre a buscar altos rendimientos por unidad productiva.

Para ello, los productores buscan el uso de materiales genéticos cada vez más costosos, aplicaciones excesivas de fertilizantes y un uso indiscriminado de plaguicidas para el control de plagas, malezas y enfermedades.

En ese sentido, FIRA desarrolló desde la década de los noventas una metodología estandarizada para la estimación de los costos de producción, logrando hasta el momento, una plataforma que permite calcularlos de forma paramétrica y por zonas agroecológicas determinadas, precisando los datos contenidos que son de carácter informativo destinados a estimar cuotas de crédito de diversos cultivos para aquellas empresas que lleguen a solicitar financiamiento con recursos fondeados por FIRA.

Los datos expresados provienen de un número reducido de observaciones, sin que sean estadísticamente representativos de los costos de producción nacionales, estatales, por cultivo, tecnología o ciclo productivo correspondiente (disponibles a través del portal FIRA: www.fira.gob.mx).

No obstante, es preciso contar con la información que contribuya a la toma de decisiones al momento de invertir. Pondremos como ejemplo los agrocostos de maíz para el ciclo primavera verano 2020, señalando que en 23 agrocostos publicados hasta el momento, la relación beneficio-costo resultante oscila entre 1.26 y 2.09 (R B/C= ingresos netos/ costos netos; donde RB/C > a 1, proyecto rentable).

Ahora, tratando de tomar sistemas productivos que puedan compararse, consideraremos el caso de Jalisco y Nayarit, para profundizar en dicho indicador.

Comencemos comentando que se detecta que la rentabilidad del cultivo, no obedece precisamente a una mayor inversión en el manejo agronómico, sino más bien, a una optimización de los recursos invertidos, ya que en Jalisco, tiene una relación beneficio-costo de 1.37 requiriendo una inversión de 29,296 pesos por hectárea para producir 10 toneladas de maíz, y en Nayarit, se tiene una relación beneficio-costo de 2.0 requiriendo una inversión de 20,762 pesos detectándose, que en el manejo agronómico que realiza Nayarit, optimiza recursos en el control de plagas, malezas y enfermedades, para producir las mismas toneladas (en Jalisco, se destinan 4,000 pesos mientras que en Nayarit solo se destinan 1,783 pesos).

Con lo anterior, podemos darnos cuenta que, si buscamos modelos agrícolas más eficientes y ordenados por unidad de negocio, la rentabilidad para el productor será mayor.

Hacer ejercicios comparativos a partir de esta información y analizar el manejo de sus agrocostos en el proceso de toma de decisiones, es como siempre una manera de enfrentar las crisis en la búsqueda de mejores oportunidades para incrementar la rentabilidad en los negocios.

*Nancy Lorena Flores Garcilazo. Especialista de la Subdirección Técnica y de Redes de Valor. La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.

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