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miércoles , 20 octubre 2021
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Cuicatlán, cuna del mango, productores no encuentran forma de vender esta deliciosa fruta

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ALEYDA IXCHEL. NVI NOTICIAS.

Una nueva carretera los dejaría fuera de las rutas de viaje.

Una nueva carretera dejaría fuera de las rutas de viaje al pequeño distrito de San Juan Bautista Cuicatlán hasta quedar en el olvido, a pesar de haber sido el principal productor del mango manila en Oaxaca. Hoy, quienes se dedican a la producción y venta de esta fruta, apenas ganan lo suficiente para vivir al día.

“Hemos llegado a rematar hasta cuatro o cinco cajas a 50 pesos y pues se necesita para vivir el día”, afirma una de las vendedoras, quien recuerda cómo la creación de una nueva carretera provocó que este pequeño poblado en donde vive, comenzara a desaparecer a pesar de tener mucho que ofrecer.

Cuando alguien llega a visitar San Juan Bautista Cuicatlán, ubicado en la región de la Cañada, se puede percatar de las grandes cantidades y diferentes tipos de mango que nacen en esta zona, esto gracias al ecosistema que favorece el crecimiento del fruto; pero este municipio poco a poco va quedando en el olvido.

Uno de los mangos más solicitados por su delicioso sabor en México, es el manila, el cual comienza a florecer desde noviembre a enero, pero ya llegando marzo hasta los primeros días de abril, el fruto no deja de crecer y los árboles se pintan de amarillo.

Es el estado de Veracruz el principal productor conocido de esta especie, dado que el clima favorece su nacimiento. Pero en este municipio oaxaqueño, el mango manila abunda en cantidades inimaginables.

Anteriormente, en Cuicatlán se podían exportar las cajas con frutas por medio del ferrocarril que iba de la ahora Ciudad de México a Oaxaca. Recorrían el trayecto que los llevaba al pueblo de Tomellín para poder tomar el ferrocarril y llevar todo lo que podían producir hacia la zona de Etla y viceversa, aunque también su venta iniciaba desde el inicio del viaje vendiendo a pasajeros.

Pero tras su clausura total en 1999, durante el gobierno de Ernesto Zedillo, los productores se quedaron sin la oportunidad de exportar y el pueblo de Cuicatlán comenzó a perderse.

Al poco tiempo, no les quedó de otra más que vender en la carretera y algunos sobre los parajes.

“Nos dejaron en el olvido”, afirma la vendedora.

Grandes cantidades y pocas ventas

Con los años, han buscado maneras de seguir produciendo y vendiendo este fruto con lo que tienen a su alcance. Grandes cantidades de mango que brotan de los árboles, antes de la temporada de lluvias, sólo se pudren, ya que no existen los suficientes agricultores para poder darles el cuidado necesario.

“Ya no se vende como antes, sacamos para pasar el día”, lamenta.

La producción de este mango no es una tarea fácil, ya que tienen una gran cantidad de gastos como pagarle a un cortador, a un vaciador, a un empacador y comprar las cajas para transportar, consiguiendo al final una ganancia mínima.

Y es que debido a la supercarretera Cuacnopalan-Oaxaca, inaugurada desde 1994, son ahora pocos los vehículos que llegan a transitar por el pueblo, por lo que cada vez son menos los vendedores que se ven en el trayecto.

“No cumplieron con lo que prometieron en la autopista, dijeron que pasaría por Cuicatlán, nos dio en toda la torre y en vez de beneficiarnos nos perjudicó”, expresa.

No le ganan casi nada

Afirman que no les es redituable el intentar exportar la fruta mediante autobuses, suburbans ni taxis foráneos, ya que les llegan a cobrar una sola caja hasta en 50 pesos y si suben el precio del mango, no les llegarían a comprar nada.

“Qué tiempos aquellos donde se vendía bonito”, dice la vendedora, recordando anécdotas que se vivieron cuando aún contaban con el ferrocarril.

Los productores piden a la población ser visitados y conocer el pueblo, ya que afirman que hasta el momento ningún gobierno lo ha volteado a ver para buscarles un mercado en donde puedan ofertar.

“Nosotros quisiéramos que nos visitaran, aquí tenemos muchas otras variedades además del mango manila, como el obo, manililla, pera, chapeado, clase, corriente, corazón y otras frutas como el chicozapote; todo lo que vendemos es orgánico”, afirma.

Temen que la baja producción, a largo plazo, provoque que todos estos diferentes tipos de mangos lleguen a desaparecer, pues es Cuicatlán el único municipio del estado que cuenta con esta diversidad.

Mientras tanto, toneladas de mango comienzan a echarse a perder debido al calor y las cajas se venden a precios demasiados bajos. Explican que en muchas ocasiones terminan vendiendo al precio que el cliente les oferte.

“Terminamos vendiendo hasta cuatro o cinco cajas en 50 pesos”, comenta.

El turismo, la única salvación

El pueblo de Cuicatlán no sólo es rico en variedades de mango, pues cuenta con paisajes de película, manglares, cascadas, pinturas rupestres e historia, lo que lo convierte en un punto turístico para quienes llegan a visitar la región de la Cañada.

Pero para los habitantes, la espera por llegada del turismo siempre es larga, ya que las visitas al municipio no llegan a ser promovidas en la capital del estado y los productores de mango señalan que la actividad turística los ayudaría a incrementar sus ventas.

 

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