ERICK RODRÍGUEZ MALDONADO. EL ECONOMISTA.

Las preocupaciones sobre el desequilibrio ecológico, cambio climático y otros problemas ambientales han ocasionado que el mercado responda con iniciativas que intentan brindar soluciones a los consumidores para que puedan adquirir servicios “libres de culpa”.
De igual manera, los gobiernos de diferentes países han presentado iniciativas nacionales para cumplir con reducciones de gases de efecto invernadero y metas de desarrollo sostenible y, entre otros aspectos, han propuesto también regulaciones ambientales más estrictas, lo que representa una clara señal sobre el interés que existe y el rol que todos los actores involucrados juegan en tener productos y servicios más responsables con el medio ambiente y la sociedad.
Es decir, incluso desde la parte conceptual, suele no ser claro para todos a qué se refieren, por ejemplo, los términos climático, verde o sostenible.
Sin lugar a dudas los tres términos están relacionados, aunque no son necesariamente lo mismo. Cada uno ofrece un tipo o un “diferente de tonalidades de verde” por así decirlo.
En el presente artículo se ofrece una descripción de los diferentes conceptos y algunos ejemplos de acuerdo con el tipo de proyectos, productos o iniciativas a las que se hace referencia cuando se habla de cada uno de estos términos.
Empezando de lo más particular a lo general, el término “climático”, según la definición del diccionario, refiere a algo que es relativo al clima. Aplicando esta definición a un sentido “verde” o que refiera a un tema ambiental, este concepto refleja la actual preocupación por el “cambio climático”.
En materia ambiental, el cambio climático es sin lugar a dudas uno de los principales problemas que enfrenta el mundo, sin embargo, este término sólo se enfoca en cuestiones del clima y en cómo ha sido afectado éste por la actividad humana, sus causas y propuestas de mejora.
Como ejemplo de uso de este concepto encontramos la agricultura climáticamente inteligente, que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, plantea el uso de prácticas agropecuarias dirigidas a adaptar la producción a los efectos del cambio climático y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lo anterior, al mismo tiempo que se mantiene o incrementa la productividad, al igual que se busca en el acuerdo de París limitar el cambio climático a un nivel por debajo de 2°C, y en el Grupo de Trabajo sobre Divulgaciones Financieras Relacionadas con el Clima, donde se emiten recomendaciones para que se consideren los riesgos asociados al cambio climático en el sector financiero, entre otras iniciativas.
En la segunda parte de este texto, se ofrecerá una descripción de los conceptos “verde” y “sostenible” para evidenciar similitudes y diferencias entre los tres conceptos, incluidos ejemplos de iniciativas que ilustren cada uno de éstos.
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Las condiciones socioambientales han generado una preocupación por ofrecer productos y realizar inversiones que contribuyan a combatir, reducir o solucionar los problemas que afectan nuestro medio ambiente
Sin embargo, existen diferentes conceptos relacionados con el tema medioambiental que suelen utilizarse como sinónimos para denominar cualquier tipo de proyectos relacionados con el medio ambiente como son: proyectos climáticos, proyectos verdes o proyectos sostenibles.
Como observamos en esta definición, lo verde tiene que ver con recursos naturales, ecosistemas y cuestiones que, en general, no son de carácter ni social ni económico.
En este sentido, se puede decir que el concepto “climático” está comprendido dentro de la definición de verde; sin embargo, no por ser algo verde sería necesariamente climático, ya que este último concepto tiene un ámbito de aplicación mayor al tratar también temas de biodiversidad, agua y usos de la tierra, entre otros, y que no necesariamente tratan de manera directa con el clima (por supuesto que todo está relacionado en algún nivel con el clima, pero aquí se trata de una relación directa).
Ahora bien, como una iniciativa verde encontramos las emisiones de bonos verdes que, de acuerdo con la Asociación Internacional del Mercado de Capitales, tiene por objetivo financiar proyectos con beneficios ambientales, como son la prevención de la contaminación, gestión de recursos naturales, biodiversidad y cuidado del agua, entre otros.
Por último, el concepto de sostenibilidad se caracteriza por incorporar aspectos ambientales, sociales y económicos. Está ligado al concepto de desarrollo sostenible, el cual se definió en el Informe Brundtland en 1987, como la satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades.
En este sentido, la sostenibilidad tiene más rasgos de una planeación de largo plazo que brinda un marco de análisis que toma en cuenta factores de viabilidad económica respecto al medio ambiente y bienestar social, que en ser un concepto exclusivamente de corte ambiental.
El concepto incluye lo verde y, por ende, lo climático; sin embargo, algo verde o climático no será necesariamente sostenible, ya que no se incorporan factores sociales ni económicos. Como ejemplo del uso de este concepto tenemos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), que delinean 17 metas en materia social, ambiental y económica para conseguir un mejor futuro.
La importancia de contar con una visión clara (y común) respecto a lo que refiere cada uno de estos conceptos va más allá de la semántica o de la falta de precisión, sino que cada uno de estos conceptos lleva asociado un fin específico que tiene una implicación en el o los objetivos que busca conseguir y, por lo tanto, en la forma en que se lleve a cabo el monitoreo y reporte del avance de dichos objetivos.
En la medida en que se comuniquen de manera más clara los objetivos y avances sobre los mismos, será posible reducir brechas en la información para facilitar la toma de decisiones de consumidores e inversionistas hacia productos y proyectos que contribuyan con el ambiente y la sociedad, e igualmente para los gobiernos, con el fin de que puedan distinguir las inversiones en las que participan y los apoyos que existen para dichas inversiones.
FIRA tiene para inversionistas en estos sectores productos, programas y servicios para atender de manera integral inversiones relacionadas con el medio ambiente, la sostenibilidad y proyectos verdes, entre otros.
*Erick Rodríguez Maldonado es especialista de la Subdirección de Pesca, Forestal y Medio Ambiente de FIRA. La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.