BLOG DEL SIAP-SADER.
Gritamos ¡Lotería!, cuando nos sucede algo favorable, beneficioso e inesperado, o bien, porque al participar en el tradicional juego que lleva ese nombre, el azar nos favoreció y hemos logrado completar la cartilla con las 16 figuras.
De probable origen italiano, el juego de la lotería se convirtió en una de las actividades de entretenimiento con enorme arraigo en el país, que denota, sin duda alguna, parte de nuestra cultura.
De acuerdo con historiados de la vida cotidiana, como José E. Ortiz Lanz, cuyos estudios se han aproximado a las formas de diversión y a los entretenimientos colectivos —como mecanismos de socialización—el proceso de creación y naturalización del juego de la lotería en México pasó por tres etapas.
En la primera, coexistieron los números y los cartones durante varias décadas de la segunda mitad del siglo XIX, esto como parte de una influencia y tradición italiana, específicamente de Nápoles, donde desde hace aproximadamente 500 años se practicaba ese tipo de juego de azar, que se conocía con el nombre de lotto. La segunda etapa consistió en las llamadas “Polacas”, loterías que al parecer se jugaban con la baraja española o italiana. Y la tercera, aquella que remite a las décadas de los años sesenta y setenta del siglo XIX, con la aparición de los primeros tipos de figuras que se consolidaron y modificaron, a lo largo de cinco o seis décadas hasta pasada la Revolución Mexicana.
Esto dio lugar a la creación de diversas loterías, de entre las que destacan: la campechana o peninsular —compuesta por 90 imágenes— y que es considerada como el código completo más antiguo que ha sobrevivido de imágenes y números usados en México para jugar la lotería de figuras; la lotería de José Guadalupe Posada, que con su particular estilo, ilustró 27 cartas que incluyen imágenes clásicas como el diablo o el beso hasta figuras revolucionarias como Emiliano Zapata. Y por supuesto, la versión más conocida con la que todos hemos jugado y que es atribuida al francés Clemente Jaques, quien en 1913 creó formalmente y registró su propia marca de cartas (54 en total), bajo el nombre “Pasatiempos El Gallo”.
Mediante el rol de carácter lúdico y de entretenimiento para la mayoría de las familias, este juego no sólo rescató, sino que arraigo imágenes y cantares de elementos que hablan de lo “mexicano”, contribuyendo así a la identidad nacional.
Este año, el SIAP ha utilizado el concepto de este tradicional juego, en el diseño de la portada de su publicación emblemática “Panorama Agroalimentario 2021”, reconociendo así, el carácter de cronista de los productos del campo mexicano al incluirlos en su iconografía.
Bien podría hacerse una lotería de los productos del sector agrícola, pecuario y pesquero de nuestro país, ya que su diversidad representa un crisol de geografías, tiempos, formas de producción y patrones de consumo -entre otros aspectos- que han unido a las heterogéneas poblaciones que forman este país, a través de la alimentación.
Si quieres saber más sobre la publicación “Panorama Agroalimentario 2021. Nuestro campo es vida”, sigue la transmisión por youtube, este 18 de noviembre, a las 18:00 horas.