EFRAÍN REYES RODRÍGUEZ, ARMANDO CARRILLO Y GABRIEL FLORES. EL ECONOMISTA.
Sinaloa es el principal productor de tomate a nivel nacional de acuerdo con datos de SIAP-Sader. En el 2017 participó con 27% de la producción, con un volumen de 937,796 toneladas, cuyo valor fue de 4,011 millones de pesos, en una superficie de 14,611 hectáreas.
De la producción, 87% se exporta al vecino país norteamericano y 13% es destinado al mercado nacional, por lo que se tiene una alta dependencia del mercado extranjero, el cual reconoce la calidad del producto debido a que, en su mayoría, proviene de un sistema de agricultura protegida.
En la presente temporada los precios del tomate fueron buenos, fluctuando entre 8.3 y 14 dólares/caja (25 libras), por lo cual se pudiera considerar una buena temporada para los productores de Sinaloa, pues en promedio su precio de equilibrio anda alrededor de los 8 dólares/caja.
Sin embargo, derivado de que no se concretó la renovación del acuerdo de suspensión de la investigación sobre prácticas de dumping contra los productores mexicanos, a partir del día 7 de mayo, la exportación de tomate mexicano se enfrentó al pago de derechos compensatorios provisionales de 17.56% (arancel).
Si bien este impuesto es para los comercializadores-importadores de Estados Unidos y no para el productor mexicano, de inicio éstos manifestaron su temor porque en la práctica les repercute dicho arancel.
Otro impacto es que la reglamentación de las aduanas establece que se tenga que dejar una garantía fianza y/o un depósito en efectivo por adelantado de 10% del valor del volumen programado mensual de venta a Estados Unidos.
Es importante señalar que para la importación de tomate en Estados Unidos se puede optar por una de las cuatro maneras de cálculo de la base del impuesto: venta directa, venta a consignación, ventas por maquila y ventas por precio referenciado.
Visualizando que la mayoría está optando por venta a consignación, pues ésta permite deducir de la base del impuesto todos aquellos costos generados desde el cruce hasta la venta del producto, tales como materias primas adquiridas, seguros, fletes, material de empaque, comisiones de bróker e impuestos, entre otros.
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Algunos productores ya vienen contratando una parte de su producción a un precio por arriba de su punto de equilibrio, el cual para el ciclo que acaba de cerrar, consideró también el efecto del arancel: esto será una alternativa que todos los productores deberían seguir para al menos 50% de su producción
La planeación de la producción es un factor fundamental que los productores de tomate deberán fortalecer con su organización, a fin de enviar al mercado la cantidad de tomate que no haga caer los precios por una sobreoferta.
Si estos factores se combinan adecuadamente, los niveles de precios favorecerán a la producción de tomate de Sinaloa, manteniendo los niveles de exportación que demanda el mercado de Estados Unidos.
Bajo este contexto, FIRA, entidad de fomento originada en el Banco de México que provee de crédito, garantías y apoyos al sector agroalimentario y medio rural, prevé mantener su apoyo a las necesidades de financiamiento en el corto plazo, analizando la estructura financiera de cada empresa, ya sea con capital de trabajo permanente o mediante crédito refaccionario.
Esto permitirá a las empresas tener una mejor fortaleza financiera y enfrentar eventualidades en disminución de su capacidad de pago, derivada de esta situación del arancel o la volatilidad de los mercados que vivimos día a día.
En el largo plazo, FIRA está promoviendo la diversificación a cultivos que, por las condiciones climatológicas de las diferentes regiones del estado, resulte idónea, y de la misma forma apoya a que productores y empresas puedan generar productos de alto valor en el mercado internacional, impulsando el financiamiento y la capacitación hacia alternativas para la reconversión productiva, como en el caso del arándano, el espárrago, el aguacate y el mango.
Finalmente, es importante señalar que FIRA brinda el servicio de garantía FEGA, para que proyectos viables puedan ser apoyados por los intermediarios financieros bancarios y no bancarios, quienes requieren de este respaldo para atender a sus clientes horticultores, además de ofrecer tasas de interés fijas para mayor certidumbre de las empresas productoras de tomate.
*Efraín Reyes Rodríguez es Residente Estatal en Sinaloa, Armado Carrillo es especialista de la Residencia Sinaloa y Gabriel Flores Soria es Agente en la agencia Culiacán. La opinión de este artículo corresponde al autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.