JUAN CORTINA GALLARDO. LINKEDIN.COM.
La agricultura de conservación es un sistema de cultivo que fomenta la alteración mecánica mínima del suelo, el mantenimiento de una cobertura permanente de los suelos y la diversificación de los cultivos, explica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), una de las más importantes organizaciones de investigación y capacitación en agricultura sostenible a nivel mundial -y cuya sede está en México-, trabaja en este sistema desde 1990 y está logrando avances de gran relevancia para nuestra agricultura. Hasta ahora, los resultados obtenidos en esta institución demuestran que este es un camino importante para el desarrollo del sector agropecuario y, por lo tanto, la seguridad alimentaria de todo el mundo.
Como lo informa Mary Donovan, especialista del CIMMYT, cada vez más agricultores están adoptando prácticas de agricultura de conservación porque les ayuda a mantener y aumentar los rendimientos y las ganancias, al tiempo que revierte la degradación de la tierra, protege el medio ambiente y responde a los crecientes desafíos del cambio climático.
La agricultura de conservación se basa en tres principios, refiere Donovan, estos son: a) la mínima alteración mecánica del suelo, b) la cobertura permanente del suelo con material vegetal vivo o muerto y c) la diversificación de cultivos mediante rotación o cultivos intercalados. De esta forma, este tipo de agricultura conserva los recursos naturales, la biodiversidad y la mano de obra; además, aumenta la disponibilidad del agua del suelo, reduce el estrés por el calor y la sequía, y aumenta la salud del suelo a largo plazo.
Con más de medio siglo trabajando a favor de la agricultura por medio de la ciencia y la investigación, el CIMMYT impulsa hoy en día uno de los proyectos más innovadores de agricultura de conservación a nivel mundial y lo lleva a cabo en nuestro país. En una reciente visita que hice a este centro, tuve la oportunidad de conocer las prácticas que se vienen desarrollando en torno a este sistema agrícola con prácticas agronómicas como la labranza cero, por ejemplo, en la que el agricultor siembra directamente a través de los residuos superficiales del cultivo previo.
En el CIMMYT se hacen patentes los beneficios de la agricultura de conservación. Como bien lo indica la FAO, aquí se puede ver el alto potencial de un método para intensificar la producción agrícola sostenible, así como la integración entre agricultura y ganadería, entre otros beneficios. Esta institución trabaja con un enfoque sistémico para enfrentar problemas a gran escala y lo hace por medio de la ciencia.
En el presente, México tiene que aprovechar el amplio y destacado trabajo de investigación científica en materia agrícola que realizan organizaciones como el CIMMYT. El enfoque social es tan importante como el científico-tecnológico para el crecimiento de nuestro sector. Un equilibrio real entre distintos enfoques, así como diferentes sistemas (la agricultura de conservación, la agricultura climáticamente inteligente y la agricultura 4.0, entre otros), nos van a permitir garantizar no sólo el desarrollo agropecuario en las próximas décadas que están plagadas de desafíos, sino también la seguridad alimentaria que requerimos actualmente y la necesaria para las próximas generaciones.