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miércoles , 3 marzo 2021
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La ganadería intensiva podría desencadenar la próxima pandemia

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2000AGRO.

Es recomendable un cambio global hacia más proteínas vegetales, según nuevo informe de Humane Society International que identifica cinco riesgos.

La producción animal intensiva, en la que miles de animales estresados se mantienen confinados y hacinados, es el caldo de cultivo perfecto para futuras pandemias. Por ello, la organización civil internacional Humane Society International (HSI) realizó un informe donde invita a los diferentes gobiernos del mundo a acelerar las acciones para cambiar las dietas globales hacia más alimentos de origen vegetal.

La organización identificó cinco riesgos pandémicos principales asociados con la producción pecuaria, creando una “caja de Petri” para que los patógenos exploten, muten y se propaguen:

• Spillover o desbordamiento del virus: cuando la expansión de granjas en áreas previamente silvestres reúne especies silvestres y domésticas.

• Amplificación viral: donde se crean nuevas cepas virales al confinar un gran número de animales estresados en espacios cerrados.

• Concentración de granjas: la densa concentración geográfica de granjas aumenta el riesgo de propagación de patógenos.

• Comercio mundial de animales vivos: en el que se transporta una gran cantidad de animales vivos entre países y continentes, lo que permite que los patógenos se propaguen aún más.

• Mercados de animales vivos, ferias agrícolas y subastas: se crean “centros” en los que animales provenientes de múltiples sitios distintos se mantienen en estrecha proximidad con el público, lugares en que los virus pueden proliferar. Los animales de granja han estado en el centro de múltiples brotes de enfermedades zoonóticas durante los últimos dos siglos, incluida la influenza aviar H5N1, transmitida de aves de corral a humanos; el virus Nipah y la influenza porcina H1N1, transmitida de cerdos a humanos.

“Si bien la pandemia de coronavirus llevó al mundo a reconocer la necesidad de cerrar los insalubres mercados de fauna silvestre implicados como un origen probable del nuevo coronavirus, las granjas industriales y los mataderos también tienen graves consecuencias para la salud humana y a menudo, están mucho más cerca de casa”, agrega el reporte.

Julie Janovsky, vicepresidenta de campañas de animales de granja de Humane Society International, explicó que: “Desde que se supo que el covid-19 probablemente se originó en un mercado de especies vivas donde los animales estresados se hacinaban en jaulas y condiciones insalubres, comenzamos a examinar qué otra explotación humana de animales podría crear una caja de Petri similar llena de enfermedades.

“Al observar los datos, es evidente que el aumento y la expansión sin precedentes de la ganadería intensiva, principalmente en las granjas industriales, en las que se crían y sacrifican más de 80 mil millones de animales en todo el mundo cada año, es un claro riesgo.”

Finalmente, señaló que el mensaje es simple: “si queremos detener futuras pandemias, tenemos que reducir significativamente el hábito de la carne, y los líderes mundiales deben ayudar activamente a cambiar las dietas mundiales hacia una alimentación más basada en plantas”.

Al igual que los mercados de vida silvestre, los sistemas de confinamiento intensivo utilizados en la producción pecuaria hacinan a un gran número de animales en espacios pequeños, solo que a una escala mucho mayor.

En las instalaciones industriales de producción de huevos y pollos, los animales son criados por millares, respirando el mismo aire polvoriento y cargado de amoníaco en instalaciones con poca luz.

Mientras que las cerdas reproductoras en la industria porcina suelen estar confinadas en jaulas de metal, tan estrechas que ni siquiera pueden darse la vuelta y las gallinas criadas para la producción de huevos se mantienen en espacios tan pequeños que no pueden estirar las alas. Cuantos más animales tengan un virus para replicarse y mutar, mayores serán las posibilidades de que un patógeno nuevo y mortal pueda surgir de un sitio de producción infectado.

Para prevenir otro brote de virus zoonóticos como el que causa el covid-19, HSI sugiere hacer modificaciones como:

• Una reducción sustancial de nuestra dependencia global de proteínas de origen animal.
• Políticas públicas que favorezcan la producción de opciones vegetales en lugar de la expansión de la ganadería.
• Disminución en el número de animales criados para la alimentación humana, a fin de reducir la densidad de población animal tanto dentro de las granjas como geográficamente.
• Eliminación progresiva del uso de jaulas utilizadas para el hacinamiento de animales en sistemas intensivos.

• Erradicación progresiva de largas distancias de transporte de animales vivos.

• Políticas para proteger los ecosistemas naturales de la expansión agrícola y otras fuentes de degradación y fragmentación.

• Prohibición de la venta de aves de corral en todos los mercados de aves vivas y restricciones a las exhibiciones de animales vivos.

Sara Shields, científica de animales de granja de HSI, dice: “Si estudiamos brotes pasados de enfermedades de animales a humanos, podemos ver que surge un patrón que identifica claramente a la cría intensiva de estos como el principal culpable.

“En 1997, el brote de Nipah en Malasia, de propagación de virus de especies sil- vestres a domésticas, así como un meta- nálisis, han demostrado que la influenza aviar altamente patógena es posible gra- cias al confinamiento de miles de aves juntas donde los virus mutantes se inter- cambian fácilmente entre hospedadores.

“Podemos hacer que nuestro mundo sea menos vulnerable a futuras pandemias, pero solo reevaluando la ganadería y cambiando nuestro consumo hacia fuentes de proteínas de origen vegetal.

¿Cómo surgió el covid-19?

El coronavirus o SARS-CoV-2, es una enfermedad viral respiratoria perteneciente a la misma familia genética de los virus SARS-CoV y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), surgidos en China y Arabia Saudita en los años 2002 y 2012, respectivamente. El primero tiene su origen en los murciélagos, mientras que el MERS-CoV provino de los camellos o dromedarios, quienes a su vez transmitieron el virus a los humanos por zoonosis.

El virus SARS-CoV-2 fue reportado por primera vez el martes 7 de enero de 2020, por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de China, luego que el 31 de diciembre de 2019 la Comisión de Salud Municipal de la ciudad de Wuhan en la provincia de Hubei, notificara 27 casos de un tipo de neumonía desconocida, de los cuales siete eran severos.

Un mes después, el número de infectados aumentó a nueve mil 692 casos, de los cuales mil 527 pacientes enfermaron de gravedad. El vínculo común es que se trataba de personas con algún tipo de relación con el mercado de Huanan en Wuhan, en el cual se vende al mayoreo pescados, mariscos y animales vivos.

Las autoridades sanitarias del lugar tomaron muestras en el mencionado mercado y el 1 de enero fue cerrado al público, ya que las pruebas resultaron positivas para el nuevo coronavirus. Para el 10 de enero, la primera secuencia genómica del coronavirus covid-19 estuvo disponible al público en general. La primera muerte por causa del virus, se reportó el 11 de enero.

Inmediatamente después, casi todos los casos reportados fuera de China, tienen el antecedente común de haber sido personas que viajaron a ese país, particularmente a la provincia de Hubei, antes del inicio de los síntomas.

La amplia distribución de los coronavirus, su diversidad, su constante recombinación genómica y el aumento y estrechamiento de las interacciones entre los humanos y los animales, han favorecido el surgimiento de nuevos coronavirus de tipo zoonótico.

En el caso de los brotes del MERS y el SARS, la transmisión de humano a huma- no se produjo a través del contacto directo con personas infectadas y objetos conta- minados o fómites, por lo que se cree que el covid-19 podría transmitirse de manera semejante.

Coronavirus previos al SARS-CoV-2

Hasta 2019, se conocían seis especies de coronavirus patógenas perjudiciales para el ser humano. De ellas, cuatro causan síntomas de resfriado común en personas que antes estaban sanas.

Las dos especies restantes, de origen zoonótico, producen una enfermedad severa que en ocasiones resulta mortal: el coronavirus del síndrome respiratorio severo (SARS-CoV) y el coronavirus del síndrome respiratorio Oriente Medio (MERS-CoV).

Estos dos coronavirus que infectan animales (aves y varias especies de mamíferos especialmente), evolucionaron provocando brotes en los humanos también.

El SARS-CoV surgió en los años 2002 y 2003, infectó a ocho mil 96 personas y ocasionó 774 muertes, con un índice de fatalidad del 10 por ciento.

Se cree que los murciélagos fueron el origen de este virus, los cuales infectaron a felinos del Himalaya que a su vez lo transmitieron a hurones y perros mapache que se vendían en el mercado de Guandong, también en China.

En cuanto al virus MERS-CoV, apareció por primera vez en 2012 en Arabia Saudí y desde entonces se han reportado casos en toda la península arábiga.

 

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