El aguacate se ha convertido en un producto de primer consumo en Estados Unidos, no se diga durante el Super Bowl, que se lleva a cabo en febrero, lo cual ha elevado el costo del fruto. Sin embargo, conforme aumenta la demanda de cara al próximo súper tazón, en Michoacán, primer exportador internacional, se vive una batalla entre productores y empacadores por el precio del kilogramo, en la que diputados locales y federales han fracasado como pacificadores del conflicto.
No estamos ante cualquier temática si se considera que por comercio agroalimentario, el país obtiene más ingresos que los captados por la actividad petrolera, el turismo o las remesas, de acuerdo con un informe divulgado por Enrique Peña Nieto en diversos foros, como la Expo México Alimentaria 20I6. El aguacate es el principal producto que ha experimentado crecimiento en la exportación como ningún otro: en una tarde de Super Bowl se consumen 40 mil toneladas de aguacate, algo así como un estadio lleno del fruto. He venido siguiendo el problema desde hace más de tres semanas. En estos días, los productores han suspendido el corte en Michoacán, y han realizado bloqueos en avenidas para llamar la atención de las autoridades federales. ¿En dónde está el nudo? Los productores exigen incremento en el precio por kilo: los empacadores compran a los productores en menos de 27 pesos el kilo, éstos lo venden al mayoreo en 8 dólares el kilo (160 pesos) y la venta por pieza termina en el supermercado gringo hasta en 4 dólares. ¿Qué piden los productores? Que les paguen al menos 40 pesos por kilo.