KARLA CANSINO. EL HERALDO DE MÉXICO.
Cientos de especies hallan en San Blas una amalgama de siete ecosistemas propicios para vivir temporalmente
El municipio de San Blas concentra 12 rutas de avistamiento y siete tipos de ecosistemas —entre manglares, playas, lagunas, bosques y otros— en al menos 50 kilómetros, que pueden ser recorridos caminando, en lanchas y otros vehículos.

El puerto en particular tiene registro de 250 especies endémicas, y ahí se pueden observar aves como el martín pescador, espátula rosada, calandria dorso rayado, paloma inca o paloma mexicana, pájaro bobo de patas azules, pájaro carpintero y muchos más.
La importancia de la actividad de observación y conservación de especies en esta región del Pacífico ha dado origen a varias actividades, una de ellas el Festival Internacional de Aves Migratorias de San Blas, que desde hace 16 años -en enero- lleva a cabo proyectos de conservación, desarrollo, investigación y aprovechamiento turístico, en el que además de los visitantes y especialistas, las personas en las comunidades pajareras son incluidas para impulsar el desarrollo sostenible.
Expuso que la región, el festival y sus actividades tienen como meta ser referente de conservación de aves en el occidente mexicano, y a partir de ello lograr mayor incidencia en las políticas públicas de sustentabilidad y conservación.

De enero a abril, las posibilidades de convivir con la naturaleza y observar el fenómeno de migración de aves se ubican en puntos clave como La Tovara —en San Blas—, con canales en medio de una selva de manglar de 648 hectáreas, en el que los recorridos en lancha facilitan la convivencia con diversas especies de flora y fauna.
También en San Blas se puede visitar la comunidad de Singayta —donde predominan manglares— o embarcarse al Parque Nacional lsla Isabel—certificado como sitio Ramsar (de importancia internacional) y donde se tienen registradas 40 mil aves—, que permiten el contacto con los visitantes; los turistas y observadores también pueden llegar a las comunidades de Tecuitata y Salto del Cora donde, además de la observación de aves, pueden acudir a las cascadas o conocer las costumbres cafetaleras.
