La economía de Estados Unidos sigue potenciando una recuperación económica vigorosa, tanto que la Reserva Federal plantea bajarle el ritmo a la inyección de liquidez. Al proceso le llaman tapering o adelgazamiento

Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Te saludo con mucho gusto en lo que es ya la cuenta regresiva para cambiarle la página a este 2021 que no se quiere ir sin dejarnos la tarea que el mundo tendrá que presentar para el tratado del 2022.

El abecedario griego se estaciona de momento en Ómicron, seguramente seguirán varias letras más mientras el mundo no entienda la urgencia sanitaria en la que estamos. Hay países que van demasiado atrás en las campañas de vacunación y en ese espacio, las mutaciones de Covid-19 nos golpean fuerte con olas de pánico, medidas restrictivas, y espacios de confusión.

Es muy temprano aun para diagnosticar el potencial destructivo de Ómicron, así que en lo que la información se hace más robusta y confiable, seguramente se endurecerán algunas medidas de distanciamiento social y viajes. Europa impone algunas ordenes de resguardo y con ello, las protestas no se hacen esperar.

Estados Unidos, de momento, busca comprar algo de tiempo sin llegar aun a restringir actividades, argumentando que las vacunas están disponibles hasta en su tercera dosis según el laboratorio que corresponda, y en eso estamos.

La economía de Estados Unidos sigue potenciando una recuperación económica vigorosa, tanto que la Reserva Federal plantea bajarle el ritmo a la inyección de liquidez. Al proceso le llaman tapering o adelgazamiento. Súbitamente y sin esperarlo, la Fed se hace un tanto rapaz, o hawkish, como le llaman los financieros.

Los mercados han reaccionado con estupor, y de ello ha derivado una gran volatilidad, es difícil elaborar una narrativa que explique a detalle la reacción, pero se entiende. Digamos que básicamente han cortado la música en el juego de sillas musicales y es momento de ver quién tendrá que ver el juego sin darle vueltas a las sillas.

La música regresará, pues si bien se corta el aporte de liquidez, no se cancela, simplemente se emitirá menos hasta que no se emita extra, y para ello falta un rato. Técnicamente no se está restando liquidez, simplemente se está inyectando menos de lo que se inyectaba, y en eso quedamos hasta nuevo aviso.

La Fed decidirá progresivamente el ritmo y eventualmente también decidirá si es prudente elevar las tasas de interés para combatir de manera frontal los efectos de la inflación. La inflación en sentido estricto es de más preocupación que Ómicron, Delta y anexas a venir. La inflación es una quita importante de capacidad de compra y no hay sueldo que alcance en esa carrera de crecimiento en los precios.

Los impactos inflacionarios que se creían temporales no lo son tanto y en ese sentido la misión es apostar a que el desarrollo y crecimiento económico sea potente y que esa inercia aguante los ajustes restrictivos a venir. El no lograr este balance nos dejaría con la peor combinación de estancamiento con inflación y eso no es lo que recetó el doctor.

Con el contexto anterior, ahora el reto es ver cómo reaccionarán los mercados de materias primas. La primera línea es el arbitraje de los commodities tasados en dólares que deben bajar un poco ante la crecida del dólar, la revaluación del dólar sugiere una debilidad compensatoria del precio de granos y oleaginosas.

Sin embargo, hay muchas materias primas que simplemente no están ahí. El trigo esta ingobernable, simplemente no hay trigo en exceso y la región del Mar Negro cada vez está más inestable. Rusia y Ucrania están al borde de un conflicto armado, Canadá fue un fracaso productivo este año, Europa en alta necesidad y con serios problemas de transporte, y Australia viendo como llueve sobre mojado; la cosecha australiana está perdiendo calidad con cada evento de lluvias y mientras esto sucede el norte de África y en Medio Oriente aceleran sus compras de trigo porque tienen claro que la falta de alimento es directamente proporcional a la inestabilidad del gobierno en turno.

La cadena de suministro sigue buscando cómo sustituir el famoso “justo a tiempo” y en lo que esto se logra, digamos que quien compra lo hace pensando comprar más de normal “por si acaso”.

¿Qué es el nuevo modelo de abasto una vez que el “justo a tiempo” está temporalmente destruido? Los shocks de la demanda son evidentes en muchas categorías y en ello tendremos que jugar los balances de oferta y demanda el año entrante viendo que tendremos inventarios existentes pero no disponibles, y esa será la temática repetida pues a nivel análisis diremos que hay producto, pero en termino reales quien lo tiene no lo suelta a menos que el precio cubra valores de reposición.

Esos valores de reposición incluirán sendas escaladas en los costos que para la arena de lo agrícola el solo etiquetar la nueva lista de precios usando los incrementos en los fertilizantes, nos garantiza un 2022 lleno de incertidumbre en precios.

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