ANTONIO J. AGUILAR. DIARIO PRESENTE.
Continúan daños por bacterias de cólera y salmonella en la laguna de Mecoacán.
PARAÍSO, Tabasco. Cerca de mil productores ostrícolas continúan afectados con la alerta sanitaria que se emitió el pasado mes de enero, por la detección de bacterias de cólera y salmonella en el municipio de Paraíso y que prohíbe el consumo de este producto.
Álvaro Wilson de la Cruz, presidente de la cooperativa pesquera «Andrés García», señaló que de las 10 cooperativas pesqueras, cuatro trabajan en la laguna «Mecoacán» capturando el ostión de suelo, sin embargo, el oficio se ha mantenido inactivo.
Hay pérdidas incalculables
Mencionó que aunque desde el 18 de enero solicitaron la intervención de la Secretaría de Gobierno, ante el derrame ocurrido, el cual según algunos biólogos se trataría de aguas negras que llegan al cuerpo de agua, no han tenido respuesta.
«Nosotros estamos esperando que nos den luz verde, en este momento no estamos trabajando, las pérdidas son incalculables porque somos varias cooperativas, pero directamente cuatro que representamos mil pescadores», detalló.
Denunciar y proceder

Wilson de la Cruz indicó que han pedido apoyo a las autoridades municipales, pues ellos carecen de recursos para pagar abogados y presentar una denuncia o realizar estudios por su cuenta sobre la laguna y la seguridad o no del consumo de ostión.
«En este momento no estamos trabajando, las pérdidas son incalculables porque somos varias cooperativas, pero directamente cuatro que representamos mil pescadores», Álvaro Wilson de la Cruz, Presidente de la Cooperativa Andrés García.
El mal tiempo les muestra su mejor cara
Por otra parte, pescadores de la Ranchería José María Morelos (El Bellote) realizaron una espectacular captura de robalo, de unas cinco toneladas, aprovechando el mal tiempo provocado por el frente frío No. 28.
Los pescadores conocidos como los «Panchitos» lanzaron sus lanchas al mar aprovechando que el mar estaba revuelto y tendieron sus redes al agua, teniendo en su mente que «a río revuelto ganancia de pescadores» y «al mal tiempo buena cara».
La captura de robalos, que el mar les regaló, es una gran bendición para sus familias, ya que este producto se cotiza a muy buen precio y les resulta muy provechoso el esfuerzo que hacen al salir desde muy temprano a las fuertes y peligrosas aguas del golfo de México.