RODOLFO VALADEZ LUVIANO. LA JORNADA GUERRERO.
La producción en el estado es sólo de casi 30 mil quintales, indica dirigente.
Las causas son falta de apoyo, la caída de precios, el envejecimiento de plantas y la roya, señala.
En la época dorada del aromatico en Guerrero y Atoyac, la producción fue de 385 mil quintales, rememora.
ATOYAC DE ÁLVAREZ, Guerrero. La falta de apoyo gubernamental, la caída de los precios en el mercado mundial y nacional, el envejecimiento de los plantíos y el ataque de la roya que acabó con 90 por ciento de las plantas hace dos años, ocasionaron que actualmente en Atoyac sólo 20 por ciento de los cafeticultores que conforman el padrón se dedican a la producción de café, es decir que hoy, solamente dos de cada 10 productores se dedican a la producción y cosecha de ese grano, indicó Arturo García Jiménez, presidente de la Red de Agricultores Sustentables Autogestivos (Rasa).
Indicó que actualmente, dentro del proceso de recuperación que vive el sector, por los daños ocasionados por el ataque de la roya en 2017 y 2018, la producción en el estado es de aproximadamente 30 mil quintales, cuando en 1985, -considerada como la época dorada del café en Guerrero y Atoyac-, la producción fue de 385 mil quintales, lo que refleja, dijo, lo drástico que ha sido su caída en los últimos 30 años. La situación es crítica, añadió, porque hay pocos mercados abiertos a dónde vender el grano, por las circunstancias de la contingencia sanitaria en contra del Covid-19.
Al hacer un poco de historia, el dirigente recordó que en las décadas de los años 70 y 80 la cafeticultura en Atoyac se convirtió en una de las principales actividades económicas para la población. Se plantaron cafetales de calidad, fue instalado en la cabecera municipal el Instituto Mexicano del Café (Inmecafé) y los productores contaban con apoyos de parte del gobierno federal y estatal para sostener sus cafetales, además de que los precios en el mercado eran favorables a la calidad del café que se cultivaba en el municipio.
Sin embargo, al paso de los años la ayuda gubernamental fue menos, desapareció el Inmecafé y los cafeticultores se quedaron sin apoyos para sostener sus parcelas, además de que el paso del tiempo ocasionó el envejecimiento de las plantas, sin que varios productores estuvieran en situación de replantar sus terrenos por la falta de recursos económicos y la caída de los precios en los mercados internacionales, lo que originó el inicio de la caída de ese sector, asentó García Jiménez, en entrevista.
Contó que a pesar de los problemas que aquejaron a los agricultores durante los años 90 y la primera década de este siglo, el sector seguía sobreviviendo con la poca ayuda que recibía del gobierno federal a través de los programas que eran manejados por la desaparecida Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), y gradualmente los cafeticultores comenzaron a voltear los ojos hacia otros cultivos u otras actividades económicas porque el café comenzó a dejar de ser negocio para ellos, hasta que en los últimos años de la década pasada, se presentó el ataque de la roya, mismo que devastó 90 por ciento de los cafetales de Guerrero y Atoyac y redujo sustancialmente la producción.
Con los cafetales invadidos por la plaga, el padrón de 24 mil cafetaleros guerrerenses se modificó drásticamente, pues más de la mayoría decidió cambiar el uso de suelo de sus terrenos para sembrar otros cultivos o para rentar como potreros los que años atrás fueron cafetales, de tal forma, apuntó, que hoy solamente 20 por ciento de los que integran el padrón (alrededor de 5 mil productores) se dedican enteramente a la producción de café. Hoy en día, informó que la producción será similar a la de 2020 de aproximadamente 5 mil quintales, sin embargo, dijo que los campesinos que aún creen en el aromático está dentro de un proceso para rescatar y renovar los terrenos, con ayudas gubernamentales como la que reciben a través del programa Producción para el Bienestar, que para este año se incrementó de 5 mil a 6 mil 200 pesos; además de que a través de 500 cafeticultores se impulsa el cultivo de café agroecológico en cinco municipios: Atoyac, Coyuca de Benítez, Iliatenco, Malinaltepec y San Luis Acatlán, donde además fueron instalados viveros para promover la renovación de terrenos.