TOMÁS BAÑOS. EL SOL DE TLAXCALA. Con información de JESÚS ZEMPOALTECA.
La pandemia por el nuevo coronavirus las ha dejado sin empleo, de esta actividad se ganan la vida hasta el mes de septiembre.
HUAMANTLA, Tlaxcala. Una vez establecido el temporal de lluvias, mujeres de Altamira y Matamoros del municipio de Huamantla, recorren la Malinche en busca de hongos silvestres para su comercialización. Ya que la pandemia por el nuevo coronavirus las ha dejado sin empleo, de esta actividad se ganan la vida hasta el mes de septiembre.
María Florentina Rafaela Hernández, tiene 73 años, es originaria de Mariano Matamoros y cada año ofrece los hongos a un costado del mercado. Explicó que los más conocidos son el amarillo, mantecada, pante, xolete, escobeta, tecocita y pancita.
Dijo que la contingencia epidemiológica les ha cambiado la vida “pues tenemos que llegar con cubrebocas y lavarnos las manos muy seguido. Antes mi esposo iba por ellos a la montaña, pero como ya murió, ahora todo lo hago yo. vendemos para sacar el día”, explicó.
Eso sí, aclaró que con la venta de hongos y el subsidio que recibe del gobierno de la República le alcanzan para subsistir.
Como ella, otras 20 mujeres provenientes de las faldas de la montaña, invaden las calles de Huamantla, para ofrecer este alimento en canastas. Informaron que por esta ocasión se cancela la XVI edición de la muestra gastronómica que tenía lugar en Altamira de Guadalupe.
“En 2004 el profesor José Germán Flores coordinó el primer encuentro de mujeres, con platillos de hongos en Altamira de Guadalupe, municipio de Huamantla”.
Piden estudiar una especie de hongo silvestre
Es denominado del álamo, por su crecimiento en el tronco de un árbol de esa especie. El hongo del álamo, una especie silvestre comestible que crece sobre el tronco de esa especie de árbol, fue recientemente descubierto y ahora pretenden reproducirlo para alimento de la población.
En este sentido, Noé Marcelino Vázquez Pérez, vecino de San Jorge Tezoquipan, Panotla, dueño de cuyos predios se ubican en la Fracción El Marceño, señaló que hace apenas cinco años empezó a consumirlo, gracias a un ciudadano originario de la sierra norte de Puebla quien le mostró sus bondades.
“Para la gente de este lugar era prácticamente desconocido y cuando lo veían lo macheteaban, pero un ciudadano de Puebla que vino a trabajar aquí nos enseñó a comerlo y cuando probamos le tomamos un saborcito a madera”, recordó.
Por su tamaño, dijo que alimenta muy bien a dos familias, además de que su sabor les gustó mucho e intentaron reproducirlo pero sin éxito.
“Una vez lo llevé con todo y raíz para trasplantarlo y se murió, luego deje crecer y morir a otro para molerlo y esparcirlo por los álamos y tampoco resultó, por ello quisiera que se hicieran un estudio sobre él y ver la forma de cultivarlo”, declaró.
El ciudadano pidió, a través de El Sol de Tlaxcala, a los estudiosos, científicos o aquellas escuelas que forman técnicos agropecuarios, que investiguen sobre esta especie de hongo para poder criarlo.
PIDEN NO CONSUMIR HONGOS SILVESTRES
Por su lado, el secretario de Salud, Rene Lima Morales, alertó a la población tlaxcalteca sobre el riesgo que representa el consumo de hongos silvestres, ya que pueden causar intoxicación y, de no ser atendida correctamente, podría originar graves afectaciones a la salud e, incluso, la muerte.
Exhortó a no ingerir los de color completamente blanco, que tengan un anillo en la parte superior, así como aquellos pequeños y de color café o rojos con manchas blancas, pues son altamente tóxicos.
Luego, recomendó que de preferencia, no se ingiera ningún tipo de hongo hasta no tener la certeza de que se trata de una especie comestible.
A DETALLE
- El hongo del Álamo llega a crecer más menos como unos 35 centímetros y a pesar alrededor de 300 gramos, pues son de dos a tres hojas en cada uno.