SAMANTHA NOLASCO. EL ECONOMISTA.
La petrolera Shell hace proyectos de inversión social para rescatar el patrimonio natural de Tabasco.
La empresa británica de hidrocarburos, Shell, que se dedica al manejo de los sectores petrolífero y de gas natural, así como del refinado de gasolinas; desarrolla en las costas de Tabasco proyectos de inversión social para una de las actividades que dan equilibrio al ecosistema de los estuarios de la zona y de la economía de las familias de la comunidad que ahí reside.
Paraíso, Tabasco es el segundo productor ostrícola en el golfo de México; alberga 26,000 hectáreas de estuarios del total son 13,000 hectáreas con potencial ostrícola, el restante hace una labor de regular el clima y la comida de la flora y fauna en el ecosistema.
Tradicionalmente, los productores locales cultivaban el ostión con el método de sarta o anillo; este sistema se utilizó por décadas pero a decir de los propios productores, este método requiere más trabajo de lo que genera en ganancias. Por lo que se están incorporando nuevas y mejores prácticas.
La propuesta de Shell ha sido incorporar algunos de los productores de la comunidad en un proyecto que está en fase de prueba, pero que operará todo el 2022, ya que los primeros resultados que arrojaron fueron positivos, puesto que el trabajo de recolección y de limpia de ostiones disminuyeron para los productores, se generaron menos gastos recurrentes de mantenimiento y se mantiene sano el medio ambiente.
Las nuevas prácticas que Shell propone es el programa piloto de canastas australianas en la laguna de Mecoacán, en donde tienen como objetivo incorporar un sistema más eficiente, rescatar el patrimonio natural de Tabasco y obtener un mejor producto.
En entrevista con El Economista, Manuel Morales, líder de asuntos sociales y comunitarios de Shell México comentó, “seguimos en fase piloto, el año pasado trabajamos con dos cooperativas y cada una tiene afiliados 50 productores, estamos evaluando los resultados; después de la fase piloto, es posible que las canastas las movamos a otros lugares dentro de la misma laguna”.
Lo que la empresa busca es que el uso de las canastas se adhiera a las actividades regulares de la comunidad hasta que incluso ellos ya no sean partícipes, mejorando así las prácticas hacia un largo plazo.