lunes , 28 septiembre 2020
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“Veneno negro” y “chatarra”, crudas realidades

LUIS SOTO. AGENDA CONFIDENCIAL. EL HERALDO DE MÉXICO.

De entrada, hay tres crudas realidades en el país, apuntan los especialistas

Después de que el Congreso de Oaxaca prohibió la venta de “veneno negro” (López-Gattel dixit sobre los refrescos) y alimentos “chatarra” a los menores de edad, gobernadores y legisladores de otras entidades, incluyendo a los de la Ciudad de México, están pensando en proponer una iniciativa similar. Sin embargo, dicha medida, junto con el nuevo etiquetado les va a hacer a las empresas que elaboran y comercializan dichos productos “lo que el viento a Juárez”, insisten los observadores.

De entrada, hay tres crudas realidades en el país, apuntan los especialistas. La primera es que resulta más fácil encontrar en cada colonia o localidad tiendas que venden refrescos y comida chatarra, que mercados que ofrecen alimentos sanos y naturales. La segunda, es que, en un mundo inmerso en la globalización, jornadas largas de trabajo, mayor incorporación de la mujer en el ámbito laboral y la falta de tiempo para preparar los alimentos saludables en casa, la comida ultra procesada ha cobrado gran fuerza y se ha convertido en la principal fuente de energía en millones de hogares. La tercera, y tal vez la más importante, es que en diversos estados de la República NO existe disponibilidad ni calidad de agua potable. Según datos del INEGI en el 2015 las entidades con menor disponibilidad del vital líquido eran Oaxaca (85.5%), Guerrero (84.6%), Chiapas (87.2%), Veracruz (86.8%) y Puebla (93.0%) … de ahí que se vean en la necesidad de consumir el “veneno negro” acompañado de “alimentos chatarra”.

Pero quien “le puso el cascabel al gato”, fue el subsecretario de Industria, Comercio y Competitividad de la secretaría de Economía, Ernesto Acevedo , quien entrevistado por El Heraldo de México, dijo sobre el nuevo etiquetado: “Esto sólo es un paso dentro de muchas medidas de política pública y se debe acompañar de otras, como proveer a los mexicanos de información más clara de lo que se consume, combatir el sedentarismo y facilitar un acceso pleno al agua potable, esto último es algo fundamental que se debe atender con prontitud”. Y remató: “Desde el punto de vista sanitario la medida (nuevo etiquetado) es un poco tardía, pero más vale tarde que nunca”.

Existe otra realidad, que es la financiera, apuntan los observadores. Si el gobierno federal hubiera destinado al sector salud y a infraestructura para dotar de agua a los lugares más recónditos del país los cerca de 140 mil millones de pesos que ha recaudado del 2014 al 2019 por el IEPS sólo por bebidas azucaradas, y por “alimentos chatarra” unos 100 mil millones de los mismos billetes, “otro gallo hubiera cantado” durante la pandemia del Covid-19.

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