KARLA MUÑETÓN. EL SOL DE TLAXCALA.
La Sesa recomienda no consumir hongos que no conozcan, podrían ser venenosos
Con la llegada de las primeras lluvias, llegan también los hongos a las mesas de las personas.

La llegada de estos organismos pertenecientes al Reino Fungi es con el inicio de la temporada de lluvias y según la especie es posible encontrarlos en diferentes etapas: en el inicio de las lluvias, cuando están establecidas o cuando están por finalizar, casi durante seis meses.
El selpanza o pante; el rebozuelo, tecosa o tecosita; el hongo pechuga y el conocido como mazorquita, chipotle y pancita o viejitos, son de las especies comestibles más comunes, pero su recolección no regulada para el consumo humano, y otros factores como las quemas agrícolas y los incendios forestales, han disminuido su población.
En Tlaxcala, además de hongos comestibles hay especies toxicas o venenosas, como el Hongo Blanco Venenoso (amanita bisporigera); el Hongo Tecomate de Mocas (amanita muscaria); la Seta eEngañosa (entoloma sinuatum) y Amanita Maloliente (Amanita virosa).
Otro método es separados por especies y forma y mezclarlos con varios trozos de ajo, si el condimento cambia de color o se pone negro significa que los hongos son altamente tóxicos.
Algunas otras personas cortan el “sombrero” del hongo y lo prueban con la punta de la lengua y determinan si es tóxico al sentir un adormecimiento, si no perciben nada en su lengua entonces son comestibles.
Los síntomas de alarma que pueden indicar una intoxicación por hongos son: cansancio excesivo, dolor de cabeza, mareo, dolor abdominal agudo, icteria, sudor frío, nauseas, vómito, diarrea.
En caso de intoxicación la persona deberá acudir al Centro de Salud más cercano, mostrar al médico tratante el hongo consumido para su identificación; informar al médico el tiempo transcurrido desde el consumo de los hongos, hasta la aparición de los síntomas.