Carlos Castillo. SIPSE / NOVEDADES QUINTANA ROO.
Las asociaciones y autoridades han prohibido la contratación de menores de edad.
RÍO HONDO, Quintana Roo. El trabajo infantil en el corte de caña de azúcar en la ribera del río Hondo continúa a pesar de los esfuerzos de las asociaciones y autoridades que han prohibido la contratación de menores de edad.
En la zona aún se pueden ver niños o niñas haciendo alguna labor en los campos de caña, porque, según las agrupaciones, hay padres que insisten y que “de manera oculta” llevan a sus hijos a esta dura labor, principalmente, los fines de semana.
Benjamín Gutiérrez Reyes dijo que los padres no lo hacen con la intensión de explotar a sus hijos, sino con la intensión de enseñarles la noble labor de la que han recibido sustento toda la vida, pero siempre representa un riesgo para el menor y tampoco justifica su presencia en los cañales.
Dijo que desde hace ya tres años, junto con autoridades gubernamentales vigilan que no se emplee niños ni jóvenes menores de 18 años en el corte de la vara dulce como históricamente había ocurrido en la zona cañera.
Señaló que la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de Quintana Roo (Cdheqroo) y el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) han recomendado a las agrupaciones evitar esta situación, lo cual ha quedado claro para los productores locales.
Explicó que para ello se han mejorado los albergues comunitarios y ofrecer educación a los hijos de los cortadores, para lo cual están en constante comunicación con las dos instancias que realizan talleres informativos para los productores y organizaciones cañeras, con el objetivo de dar a conocer los derechos infantiles y evitar que se les contrate durante la zafra.
Sin embargo, al menos la mitad de los 2 mil 800 productores de caña contratados para esta temporada vienen de otros estados del país, muchos acompañados de sus familias, y están acostumbrados a llevar a los niños al trabajo de campo, una situación que en Quintana Roo está prohibido.
“Es difícil, porque hay gente de Chiapas, donde los niños desde que caminan son llevados a las parcelas, y nosotros los obligamos a que los manden a las escuelas comunitarias que están instaladas en algunas galeras, se resisten pero comprenden que es mejor para los infantes”, finalizó.