MIGUEL MONETA PORTO. CAADES. DEBATE.
El frijol es un componente primordial y tradicional de la alimentación de la población de México. Constituye, en muchos casos, la principal fuente de proteína de la dieta de muchas familias, en especial las más vulnerables. El consumo en la actualidad es 9.5 kg por habitante y por año y viene disminuyendo, aunque en los últimos meses, por efecto del encierro por la pandemia, se nota un incremento en su consumo.
La producción mundial suma 30 millones de toneladas, siendo Birmania el principal productor, con el 20 por ciento. México produce el 3.5 por ciento. Se siembran en el mundo 35 millones de hectáreas, con un rendimiento promedio de 860 kg/ha, que va de 2,200 kg/ha en EUA a 420 kg/ha en la India. El comercio internacional representa el 14 por ciento de la producción. Birmania es el principal exportador; y la India, el principal importador.
El frijol se cultiva a lo largo y ancho del territorio nacional, pero con preponderancia en el centro, norte y noroeste. Siete estados concentran cuatro quintas partes de una producción estimada en promedio en un millón 100 mil toneladas. Zacatecas, con 400 mil, es el principal estado productor; y Sinaloa, con 150 mil, el segundo en importancia. La producción de la mayor parte del frijol nacional, un 85 por ciento, es de temporal, y por esta razón la oferta varía año con año en función de las lluvias. El rendimiento promedio nacional es de 750 kg/ha, siendo el de temporal 600 kg/ha y el de riego 1,750 kg/ha. Si se toma en cuenta el ciclo productivo, el 30 por ciento se produce en otoño/invierno y el 70 por ciento en primavera/verano.
El consumo nacional de los últimos años promedia un millón 200 mil toneladas; y la producción, un millón 100 mil, debiéndose cubrir la diferencia con importaciones que, en promedio, 89 por ciento provienen de EUA; 10 por ciento, de Canadá, y 1 por ciento, de Argentina. El consumo nacional se encuentra regionalizado: los azufrados son consumidos preferentemente en el noroeste del país; los pintos, en el centro y norte, y los negros, en el sur.
El contenido de 23 por ciento de proteína del frijol y su precio asegura que es una fuente de proteína de bajo costo en comparación con las de origen animal, razón por la cual se debe fomentar su consumo, especialmente en los jóvenes. La preparación tradicional del frijol para su consumo como alimento lleva mucho tiempo, que no necesariamente se encuentra disponible en la vida moderna. Esto constituye un desafío para la industria, que debe desarrollar productos elaborados de buen sabor que puedan ser calentados en minutos, que reflejen los gustos tradicionales y que estén enfocados a estratos definidos de la población, como estudiantes, niños o adultos.
El frijol es un cultivo estratégico para México por las razones apuntadas anteriormente, y el desafío es alcanzar en el tiempo una autosuficiencia sostenida, basada fundamentalmente en el progreso tecnológico, la adopción de técnicas perfeccionadas de cultivo y cosecha y el mejoramiento genético.
El precio del frijol ha sufrido y sufre variaciones a través de los años, en función más de la oferta que de la demanda, que es relativamente estable. La oferta depende en mucho en México del temporal y también de la producción de EUA, que es el principal proveedor del faltante. La producción mexicana de riego es muy estable y promedia unas 170 mil toneladas. Sinaloa es el principal productor.
Debido a la disminución de la producción nacional por sequía y otras adversidades climáticas, el año anterior el precio del frijol tuvo buenos niveles. Como se espera una mejor producción primavera/verano en México este año, de no ocurrir alguna adversidad climática, no se dependerá para el abasto de la importación de EUA, donde los precios se dispararon por efecto de la sequía. Por ejemplo, en ese país, el precio al productor del pinto subió 58 por ciento respecto del año pasado; el negro, 97 por ciento, y el garbanzo, 64 por ciento, de acuerdo con datos del USDA.
Con base a la evolución de los precios al productor del ciclo otoño/invierno pasado y a los que se esperan en el de primavera/verano, unido a la reducción de la producción de EUA por sequía, se conforma un escenario de precios que seguramente rebasarán los 14.50 pesos por kilogramo del precio de garantía de Segalmex y que permite afirmar con cierta seguridad que el productor de Sinaloa encarará con optimismo el próximo ciclo productivo.
En última instancia, la intención de siembra de la nueva temporada estará determinada en gran medida por las expectativas de precio descritas anteriormente, pero hay que recordar que la recomendación del Consejo Estatal de Desarrollo Rural Sustentable es de sembrar en Sinaloa hasta 60 mil hectáreas para evitar una sobreoferta de frijoles preferentes que reduzca los niveles de precios.