BOLETÍN DE PRENSA IICA. Con información de SADER
Autoridades agrícolas y ambientales de México y especialistas del IICA analizaron las metas de mitigación y adaptación al cambio climático de este país, enfocadas a un campo más resiliente, productivo y sustentable.
México presenta metas de adaptación enfocadas a un campo más productivo, que se ha posicionado con una sólida implementación de acciones que lo ubica como uno de los principales países que promueve políticas y programas en temas vinculados con la mitigación de los efectos del cambio climático: IICA.
El cambio climático en la agricultura es un factor que ha venido impactando progresivamente y se ve reflejado en la productividad, por lo que es necesario plantear alternativas para su adaptación, afirmó el secretario Víctor Villalobos Arámbula, durante su participación en el Diálogo: Cambio climático en el sector agroalimentario.
CIUDAD DE MÉXICO. La agricultura puede contribuir a minimizar el impacto del cambio climático con políticas sólidas que impulsen las buenas prácticas entre los productores y el uso adecuado de recursos naturales como suelo y agua para lograr, en el futuro cercano, sistemas agroalimentarios resilientes y sustentables.
Así concluyeron expertos del sector público y del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) durante el foro virtual “Cambio Climático en el Sector Agroalimentario y en los Territorios Rurales de México”, organizado por el organismo internacional especializado en agro y ruralidad.
En el diálogo se abordaron los retos y las oportunidades para una implementación exitosa de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) establecidas por México para la adaptación y la mitigación al cambio climático.
El titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) de este país, Víctor Villalobos, detalló que implementar buenas prácticas agrícolas, impulsar la labranza de conservación, evitar quemas agrícolas y pecuarias, manejar responsablemente el suelo y el agua, usar en forma sustentable los recursos genéticos e incorporar nuevas tecnologías permitirán en el mediano y largo plazo mitigar los efectos del cambio climático en el agro.
“El cambio climático ha venido impactando progresivamente la agricultura y se ve reflejado en la productividad, es necesario plantear alternativas para su adaptación. No podemos poner en riesgo la seguridad alimentaria, de ahí que requerimos una agricultura más sustentable, productiva e incluyente”, afirmó Villalobos.
El Secretario de Agricultura agregó que México depende mucho de las lluvias, dado que más del 70 % de la tierra arable es de temporal. “Es muy importante el recurso hídrico para tener las cosechas esperadas, principalmente en cultivos básicos”, expresó.
Víctor Villalobos indicó que México es un país que depende, en mucho, de la precipitación pluvial, debido a que más del 70 por ciento de la tierra arable es de temporal; de ahí, agregó, la importancia del recurso hídrico para tener las cosechas esperadas, principalmente en cultivos básicos.
“Estamos ante retos muy importantes. No podemos poner en riesgo la seguridad alimentaria y claramente el cambio climático impone la necesidad de plantear nuevas alternativas, algunas de las cuales afortunadamente están en ese bagaje de tecnologías, hoy en día a nuestro alcance”, aseguró.
Precisó que “una agricultura más sustentable, más productiva y más incluyente es lo que requerimos y es lo que estamos, como Gobierno, como Secretaría de Agricultura, buscando para que podamos garantizar, como lo hemos hecho hasta ahora, la seguridad alimentaria de toda la población de nuestro país”.
Apuntó que hay prácticas que permiten reducir los impactos como son las buenas prácticas agrícolas, la labranza de conservación, reducir las quemas agrícolas o pecuarias e implementar sistemas eficientes en el manejo y en el uso del agua, así como mecanismos que tienen que ver con el adecuado uso de los recursos genéticos y los recursos naturales.
La huella hídrica, dijo, tiene que ser reducida sin impactar la productividad y, para ello, claramente están nuestros institutos de investigación, de enseñanza, que nos permiten ir incrementando o adaptando prácticas que nos ayuden a hacer un mejor uso del recurso hídrico.
Mientras que la conservación y uso sustentable de los recursos genéticos, a través de las prácticas de mejoramiento genético y las tecnologías modernas, nos permitirá ser más eficientes en el uso del agua, evitar el estrés hídrico y tener mejor control o tolerancia a plagas y enfermedades, en un contexto donde la agricultura contribuye al cambio climático y es víctima del fenómeno, refirió Villalobos Arámbula.
Por su parte, el representante del IICA en México, Diego Montenegro, destacó que el objetivo del evento es promover el desarrollo agrícola sostenible y equitativo en el continente americano, bajo una visión compartida entre la agricultura y el medio ambiente, con el impulso de acciones de mitigación y adaptación al cambio climático en el sector agropecuario y pequero.
Subrayó que México presenta metas de adaptación enfocadas a un campo más productivo, las cuales se han posicionado con una sólida implementación de acciones.
El país, agregó, se ubica como una de las principales naciones que promueve políticas y programas en temas vinculados con la mitigación de los efectos del cambio climático.
Aseguró que la instrumentación de sistemas de mitigación, modelos de negocio y proyectos que atiendan la vulnerabilidad en el sector, el ordenamiento territorial y la producción sostenible, son elementos básicos que se alinean a los objetivos del Instituto, a las metas programadas de bienestar de los agricultores y al logro de los compromisos de la agenda 2030.
En su turno, la directora general de Atención al Cambio Climático en el Sector Agropecuario de la Secretaría de Agricultura, Sol Ortiz García, puntualizó algunos de los efectos en el sector agropecuario por la variación de la temperatura, como son: reducción en los rendimientos de cultivos, en la disponibilidad de agua y en la superficie apta para la agricultura; aumento en la susceptibilidad a plagas y enfermedades y riesgos de incendios.
En el 2020, abundó, México actualizó sus compromisos en el Acuerdo de París, mediante la vinculación y el establecimiento de mayores alcances en las acciones de mitigación y adaptación en el sector agroalimentario –en congruencia con el Programa Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural–, con el objetivo de transitar hacia la autosuficiencia alimentaria y el rescate del campo bajo un enfoque de productividad, sustentabilidad e inclusión.
Con la integración del Programa Estratégico de Cambio Climático (PECC) 2020-2024, se fortalecen las medidas de mitigación, el fomento de sistemas agroforestales, agroecológicos y la reducción de quemas agropecuarias, lo que incidirá en mejoras de las prácticas agrícolas y de conservación, y el manejo de las tecnologías para un desarrollo sustentable, explicó.
Respecto a las acciones de adaptación, mencionó que se aplican en materia de prevención y atención de impactos en el sector; conservación, restauración y aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos, y gestión integrada de los recursos hídricos con enfoque de cambio climático, así como conservación de suelos y captura de carbono.
Acción climática es crucial
Durante el foro se señaló que, bajo un escenario de inacción ante el cambio climático, México podría reducir drásticamente su capacidad de producción agrícola y los rendimientos disminuir entre 5% y 20% en las próximas dos décadas, y de hasta 80% a finales del siglo en algunos estados, en cultivos como el maíz.
En el evento, el Subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), Jorge Arturo Argueta, expresó que el 23% del total de emisiones antropógenas de gases de efecto invernadero (GEI) provienen de la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra, de acuerdo con el más reciente informe (2007 a 2016) sobre tierras, desertificación y seguridad alimentaria del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
En ese sentido, destacó que “la agroecología y la agroforestería son una alternativa no sólo para mitigar y adaptarse al cambio climático, sino para producir alimentos sanos para toda la humanidad, fomentar la transición hacia sistemas alimentarios y agrícolas ambientalmente sostenibles, económicamente justos y socialmente equitativos”.
“Es importante desarrollar visiones compartidas de las interrelaciones entre la agricultura y el medio ambiente, que apoye a los actores del sector a hacer frente a los efectos de un clima cambiante. Es fundamental avanzar hacia el logro de los compromisos país en el sector agroalimentario y los territorios rurales establecidos en la Agenda 2030, para contribuir al bienestar de todos, en especial los más vulnerables”, añadió el Representante del IICA en México, Diego Montenegro.
En el foro también participaron la directora general de Atención al Cambio Climático en el Sector Agropecuario de la SADER, Sol Ortiz; el director general de Políticas para el Cambio Climático de la SEMARNAT, Marco Heredia; y la directora general del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Amparo Martínez, quienes presentaron los compromisos y las acciones de adaptación y de mitigación para el cambio climático de sus instituciones para favorecer la productividad del sector agroalimentario.
Ortiz puntualizó que México actualizó sus compromisos en el Acuerdo de París mediante la vinculación y el establecimiento de mayores alcances en las acciones de mitigación y adaptación en el sector agroalimentario –en congruencia con el Programa Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural–, para transitar hacia la autosuficiencia alimentaria y el rescate del campo bajo un enfoque de productividad, sustentabilidad e inclusión.
México tiene el compromiso de reducir el 8% de sus emisiones en el sector agropecuario para el 2030.
En la cita, la gerenta del Programa de Cambio Climático y Recursos Naturales del IICA, Kelly Witkowski, destacó los esfuerzos y el compromiso de México en acciones climáticas, los cuales a través de cooperación Sur-Sur podrían ser de gran utilidad para desarrollar programas similares en otras latitudes.
“Por la importancia del cambio climático en la agricultura, es necesario que países de América Latina y el Caribe busquen más enfoques de integración, alineamiento de políticas públicas y enfoques de género”, mencionó Witkowski.