YAZMÍN RODRÍGUEZ, CORRESPONSAL.EL UNIVERSAL.
Gremio se ve afectado por la crisis sanitaria y luego por los fenómenos meteorológicos que les impidieron salir al mar; estiman pérdidas superiores a los 700 millones de pesos
El gremio pesquero tuvo que lidiar primero con la pandemia de Covid-19, que desde marzo pasado paralizó gran parte de la industria en la zona.
La pesca ribereña o pesca de litoral en el estado es fundamental para los habitantes de la zona costera del estado, pues la mayoría depende de la captura diaria.
Su principal materia prima es el mero o chernas, rubia, canane, langosta, camarón y, en temporada específica, el pulpo, que representa prácticamente la posibilidad de obtener dinero de más para los pescadores locales, ya que el molusco se comercializa en el extranjero y en dólares.
Entre los municipios que dependen de esta actividad en el oriente está Progreso, Telchac Puerto, Dzilam de Bravo, San Felipe, El Cuyo, Río Lagartos, Las Coloradas, entre otros; mientras que en el poniente está Celestún, colindante con Campeche.
Estacionados
De acuerdo con cifras recientes, son cerca de 16 mil los pescadores ribereños en Yucatán que cotidianamente salen a capturar en altamar.
Debido al cierre de los puertos desde junio y hasta septiembre pasado por el mal tiempo, los pescadores padecieron severas crisis económicas por la inactividad, pues debieron permanecer en tierra y guardar sus embarcaciones por instrucciones de las autoridades. Era una de dos: cobijarse en puerto o arriesgar su vida al salir al mar.
La Cámara Nacional de la Industria Pesquera estatal reconoció que ha sido de los peores años, pues desde marzo enfrentaron problemas por la contingencia sanitaria, y luego con las tormentas tropicales y ciclones la situación empeoró.
Enrique Sánchez Sánchez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera y Acuícola (Canainpesca), admitió que es evidente el desplome de las pesquerías, no sólo por la pandemia, sino por los imprevistos del mal tiempo.
“Desde hace mes y medio prácticamente la pesca ribereña está paralizada. La pesca de mediana altura también está sufriendo, porque no pueden salir; hay preocupación y desesperación en algunos casos”, dijo.
Otro factor que está pegando al gremio pesquero es la baja exportación de productos marinos, pues con el aumento en los casos de coronavirus en diversos países se dificultó el envío del producto desde Yucatán.
Sánchez Sánchez estimó pérdidas superiores a 700 millones de pesos hasta ahora, debido a la falta de actividad, pese a que se atraviesa por la temporada de captura de pulpo y mero. Ejemplificó que en la captura del pulpo sólo se han registrado 8 mil 500 toneladas, cuando el año pasado, para esta época, ya tenían unas 16 mil toneladas.
Al respecto, el presidente de Armadores Pesqueros de Yucatán, Manuel Sánchez González, confirmó que esta es la “peor temporada de captura de pulpo que ha enfrentado el estado.
“Esta ha sido una temporada catastrófica. Es la peor debacle en la pesca del molusco en los últimos 10 años”, puntualizó Sánchez González, quien estimó que para fin de año, cuando cierre la temporada del pulpo, se habrán obtenido a lo mucho 12 mil toneladas.
“No hay pulpo maya cerca de las costas; las lanchas están ‘tronadas’ y amarradas en las playas y refugios pesqueros”, relató.
Pescadores reportan baja captura de pulpo y langosta.
Sin embargo, la pesca de pulpo no es la única baja, pues de acuerdo con el presidente de la Federación de Sociedades Cooperativas Pesqueras del Centro Poniente estatal, José Luis Carrillo Galaz, la pesca de mero y langosta reportó una caída de más de 50%.
Detalló que en el caso del mero, en 2019 apenas se captaron mil 500 toneladas, la mitad de lo que se había reportado un año antes. En cuanto a la langosta, apenas se alcanzaron 150 toneladas, cuando en otros años se alcanzaban hasta 300.
Según pescadores, la inactividad se reflejará en los próximos meses, pues el hecho de que buena parte de los 16 mil pescadores ribereños no hayan salido a altamar repercutirá en otros ramos derivados de la pesca, como son los vendedores de carnada, “las fileteras” (mujeres que preparan los mariscos para la venta), mecánicos, entre otros.
Hasta ahora, el secretario de Desarrollo Rural estatal, Jorge Díaz Loeza, indicó que se han entregado apoyos económicos y despensas a poco más de 12 mil pescadores de la costa.
“Aunque el precio estuvo bien, no pudimos ir a pescar”, dice pescador
Don Benjamín ha sido pescador por más de 40 años, oficio que aprendió de su padre, don Catalino y, a pesar de su conocimiento y amor por ese trabajo, asegura que en esta ocasión se las vio muy difíciles para sacar adelante a sus tres hijos y su esposa, Lizbeth Tzab.
Don Benjamín explica que también ofrece viajes de paseo en su pequeña embarcación, pero dice que hasta ese mercado está reducido, pues no hay muchos turistas y visitantes en los puertos del litoral yucateco.
El hombre de 57 años afirma que, a pesar de que el gobierno del estado les dio algunas despensas y apoyos, no fueron suficientes, pues “todo está muy caro”.
Don Benja, como le conocen en su natal Chuburná Puerto —ubicado a 60 kilómetros de Mérida— indica que la mayoría de los pescadores de la franja costera depende de la actividad diaria, viven al día.
“Tenemos embarcaciones pequeñas, no podemos ir más de un día a pescar: salimos muy temprano y regresamos por la tarde”, detalla.