Fresnillo.- Pese a la baja presencia de jornaleros en Río Florido, el trabajo de contención y vigilancia no se relaja para evitar contagios no sólo de COVID-19, sino de otros padecimientos e infecciones entre la población.
José Ángel Martínez Delgado, coordinador de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en Fresnillo, informó que este año no es tan complicada la situación en Río Florido, porque de 5 mil jornaleros agrícolas que acuden cada año, en esta ocasión, el censo fue de tan solo 2 mil 100, es decir, que su presencia disminuyó más de la mitad.
Agregó que muchos se marchan al llegar al municipio porque no hay oferta laboral suficiente para todos durante el año, de tal forma que, en la semana, al menos seis camiones con jornaleros partieron para buscar trabajo en otro lugar.
Pese a ello, el personal no baja la guardia, ya que la presencia de estos trabajadores implica el brote de infecciones gastrointestinales entre la población, derivado de que tienen mucha movilidad en el país y durante sus recorridos suelen importar algunas enfermedades.
Sumado a ello, tienen por costumbre defecar al aire libre, lo que también alerta a las autoridades de salud.
Entre las enfermedades frecuentes que suelen registrarse con su presencia, está la tuberculosis, enfermedades diarreicas y hepatitis.
Martínez Delgado aseguró que este año las infecciones gastrointestinales subieron con su presencia, “pero nada alarmante”, ya que es normal que con mayor población las enfermedades incrementen.
No obstante, el personal continúa vigilando todos los establecimientos de Río Florido y San José de Lourdes para verificar las condiciones sanitarias.
Una de las preocupaciones principales del departamento es la cloración del agua, hecho que causó conflictos hace unos meses porque en Río Florido no estaba bien clorada.
Para abatir los problemas registrados, se realizó un trabajo conjunto con el Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Fresnillo (Siapasf), que acudieron a verificar y capacitar a los encargados de este trabajo con el fin de que cumplieran con las normas establecidas, por lo que se pudo solucionar.
“La cloración para nosotros es la primera barrera para defendernos de cualquier enfermedad” y la vigilancia en las comunidades es permanente en tanto la presencia de jornaleros perdure.